Mañana es un día grande dentro del mundo cofrade de nuestra ciudad. Para no ser una ciudad marinera, las olas marineras irán por dos epicentros de la ciudad. La ciudad se abrirá en dos por las devociones carmelitas que nos regalarán su hermosura. Hermosas y bellas dentro del cielo azul cordobés y con el cuidado de que tendremos otra jornada muy calurosa.
Puerta Nueva y San Cayetano, San Cayetano y Puerta Nueva, nos volverán a dejar estampas únicas e irrepetibles. Las Madres del Carmelo, nos seducirán con su esencia mariana y su fragancia. Volveremos a recuperar atributos que desde hace tres años no contemplábamos.
El reguero de cofrades que asistirán será como casi siempre una desbandada de un lado para otro. Dentro de las limitaciones que esta ola de calor que estamos sufriendo desde hace ya una semana.
El olor a incienso nos encumbrará escuchando marchas procesionales y con la estampa impresionante de cada una de las Vírgenes del Carmen que nos dejarán instantáneas difíciles de borrar de nuestras retinas.
Según los horarios de ambas corporaciones hay tiempo para escoger el mejor rincón para disfrutar de la ola carmelita de cualquiera de las dos procesiones que podremos disfrutar mañana.
La música del Carmen de Salteras nos deleitará el oído y podremos escuchar la nueva banda malagueña que acompañará a la bella Virgen de Gloria de Puerta Nueva. Además, el visitar el mayor templo de la ciudad no deja de ser otro aliciente para ver a la Virgen del Carmen por los alrededores de la Mezquita Catedral y en su interior. Momentos que no todos los años podemos disfrutar de ellos, como bien saben solo cuando la festividad cae en sábado.
Por lo demás, la vida cotidiana nos devuelve a los que se fueron la primera quincena y a la misma vez se nos lleva a los que tienen sus ansiadas vacaciones desde hoy mismo.
Seguiremos sobrellevando esta ola de calor. Y hay que ver que la palabra ola, antes la utilizábamos en olas de calor o frío y desde hace tres años la monopolizamos con mucha más asiduidad. Cosas que tiene la vida, porque la vida no deja de sorprendernos, y todo es a causa de que Dios no se queda con nada de nadie y el tiempo es el mejor juez que hay y si no tiempo al tiempo.