El Cirineo, Opinión

El Cirineo | Estamos en guerra

Te dirán que eres un fascista. Que no respetas al diferente. Que eres un intolerante. Que tienes la culpa de todo por ser europeo. Te dirán que es un caso aislado. Que no tiene nada que ver con la religión. Que tiene problemas mentales. Que es un pobre desgraciado que hizo lo que hizo porque el primer mundo le tiene oprimido. Te harán creer que tú eres el responsable. Tú y tu cultura, tus creencias, tu pasado… Negarán que sea un acto terrorista y habrá hasta quienes regateen llamar asesinato a un asesinato, utilizando repugnantes eufemismos para ocultar la realidad, para confundirte.

Lo que no te dirán es la verdad. Que nos odian. Nos odian a muerte. No son casos aislados. Son miles de musulmanes radicales que quieren acabar con nosotros, físicamente. Hacernos desaparecer del mapa. Aniquilarnos. Someternos a nosotros y a nuestras familias. Y acabar con nuestra libertad, nuestro modo de vivir y nuestras creencias y costumbres. Por supuesto que es una cuestión que tiene raíces religiosas, que no te engañen.

Y tampoco te dirán que estamos en guerra. En una guerra de supervivencia que comenzó hace décadas y en la que nos hallamos inmersos casi sin darnos cuenta. Nos han invadido silenciosamente. Llegan a las puerta de nuestras casas y pretenden quedarse con lo que es nuestro. Me la trae al pairo que suene fascista. Pero esto que te cuento es la verdad.

Vienen a por nosotros, a por nuestros hijos y no van a parar hasta conseguir esclavizarnos, hasta destruir nuestras tradiciones, a derribar nuestras iglesias. No van a parar hasta que del cristianismo y de la cultura occidental no queden sino cenizas. Hasta que de nuestra historia sólo quede muerte, desolación y rechinar de dientes. O hasta que reaccionemos, empecemos a defendernos y luchemos por nuestras vidas, en el más amplio sentido de la palabra.

Porque sí, porque estamos en guerra. Una guerra que ellos han declarado. Una guerra de supervivencia en la que no puede haber dos vencedores. Europa será suya o nuestra. No hay más posibilidades que esas dos. Que no te engañen con discursos buenistas, con falacias edulcoradas… Con cuentos de convivencias imposibles. La única forma de coexistir es que vengan con la intención de adaptarse. Respetando sus creencias, pero teniendo muy claro que jamás podrán imponer su modo de vida. Quienes lleguen con este pensamiento tendrán las puertas abiertas como siempre las tuvieron. El resto sobra y con ellos solo cabe la expulsión.

¡Despierta, estamos en peligro! En tu mano está levantarte, rebelarte y pelear, o arrodillarte y rendirte. ¡Decídete!, pero hazlo pronto porque la espada de damocles la tienes encima de tu mismísimo cuello.