El viejo costal, Opinión

El viejo costal | Hermanos, costaleros y hermanos costaleros

En esta semana no paro de oír afirmaciones sobre el tema tan recursivo de las cuadrillas de hermanos costaleros, unos apuestan a que se trata de una quimera, no quimera tal y como entiende nuestro diccionario, como un monstruo imaginario que vomitaba llamas con cabeza de león, vientre de cabra y cola de dragón, si no de forma más terrenal aquello que se propone a la imaginación como posible o verdadero, no siéndolo.

Hoy en día las hermandades aspiran a que todos los costaleros de sus cuadrillas sean hermanos costaleros, aspiración perfectamente entendible, otra cosa es que sea perfectamente alcanzable, y antes de que se levanten gritos al cielo intentaré explicarme.

Todos los que nos hemos movido en el mundo del costal sabemos que es muy difícil al menos en nuestra ciudad encontrar un costalero que solo se ciña al trabajo de una cuadrilla, la de su hermandad, haberlos los hay, pero todos conocemos que son los menos, la mayoría de ellos participan con su trabajo de costalero con otras hermandades. Es lo que tiene que nuestra ciudad tenga recorridos mayoritariamente cortos y raramente superiores a la decena de horas, lo que sumado a la abundancia de relevos, hace y permite a muchos con holgura participar en distintas fechas en varias estaciones penitenciales.

Otra cosa es que el hermano de la cofradía, criado en el seno de ella,  un día se sienta llamado a vestir la ropa y ceñirse un costal, y quiera servir a su hermandad bajo el ardiente beso de la madera de una trabajadera, cercano a sus titulares, dentro y en casa, solo por devoción a sus sagrados titulares, este claramente es hermano costalero, era hermano y ahora además es costalero, este costalero es el devocional, que es muy distinto a otro tipo de costalero, ese que se acerca atraído por el tamaño del paso, por su peso, o por el carisma del capataz, podemos decir, un costalero que sigue las modas y las tendencias últimas del momento.

Ciertamente los dos son hermanos, si, como el resto de los cristianos, que los dos son costaleros, cierto, los dos portan por razones distintas al titular, pero solamente uno de los dos es hermano costalero.

He visto miles de casos, y quizás el secreto resida en el costalero que llega a la cuadrilla, y gracias al trato recibido por sus compañeros, muchas veces por los que son hermanos costaleros, siendo este el secreto, y se van quedando prendados, y por esa actuación van acercándose a la advocación y adquiriendo devoción a sus titulares, de forma que al poco tiempo desea adquirir la condición de hermano, y alcanza después de un tiempo la condición de hermano costalero, sucede a veces, en otros casos no.

Y aparte tenemos un grupo importante de costaleros, todos hermanos por supuesto, que van revoloteando de cuadrilla en cuadrilla, por trabajar a modo de ejercicio un determinado misterio o palio, con un carismático capataz, o simplemente porque allí va mi colega, y quiero ir con él.

Hubo una fecha, en la que las cuadrillas funcionaban de forma distinta, (vean el documento que se adjunta), donde hermanos costaleros de una cuadrilla se desplazan a ayudar a otra cuadrilla, independientemente de la advocación o de la devoción, solo por entender que todos los costaleros son hermanos, y aportando su ayuda para impedir el innecesario sufrimiento de otros hermanos,  aunque no sean de mi hermandad, siendo esto lo menos importante.

Costaleros y hermanos, sin duda todos, todos los costaleros hermanos, quizás se esté alcanzando, será sin duda un largo camino, camino que creo nunca llegará a la pureza de una hermandad con las cuadrillas plenas en su totalidad en la nómina de hermanos, eso hoy por hoy es solamente un bonito deseo, quizás una quimera.