Ya llegamos, señores, paciencia un poquito nada más y estaremos en la puerta, siempre despacio, para nuestro gusto, pero el señor tiempo, es lo que tiene, a veces transforma vida en una espesa transfusión, que nos mantiene con vida, pero que nunca parece acabarse.
Y recordando la labor del listero, vamos a ver, ¿están montados los cultos?
Están.
¿Está limpio el guion, pasos y enseres?
Están.
¿Están repartidos todos los atributos y las túnicas?
Están, bueno todos, todos aún no, que faltan algunos y algunas.
¿Cómo que faltan?
Faltan por repartir y por llegar, y es que entre unos que no vienen y otros que nosotros no dejamos que se acerquen, pues la cosa en cultos está flojita de asistentes, siempre los mismos, eso sí, los de la junta casi todos…
¿Casi todos han asistido?
No, que casi todos han faltado, los salvan los hermanos.
¿Los hermanos vienen?
Tampoco, por eso se salvan los de la junta. Es que están muy liados con la limpieza de los pasos y del guion, con la cera y con….
¿Con…?
Con buscar que no se queden en la casa de hermandad muchos equipos de nazarenos, es que como este año hemos salido tantas veces, entre magnas, extraordinarias, traslados, vía crucis y demás, pues parece que no hay muchas ganas, y es que lo extraordinario en exceso se vuelve ordinario y además cansa.
Pero ¿salir, salimos, no?
Claro, siempre que el tiempo nos respete, ya tendremos que justificar lo que falte ante el cabildo de hermanos.
Pero, ¿al cabildo vienen los hermanos?
Vienen pocos, los que nosotros llamamos según las necesidades y los incondicionales, ah, los de la junta también, no suelen faltar.
Se preocupan por la cofradía ¿no?
Bueno por la cofradía y por sus cargos en la cofradía.
¿Están las mantillas?
Están, ellas son de las incondicionales.
¿Y las mesas petitorias?
Están, están más claritas, ya sabes algunas por completar, pero estar está.
Pues ya falta muy poco, ¿los hermanos costaleros ensayados y dispuestos?
Ahí vamos con ellos, faltan algunos por hacerse hermanos, otros que no pueden pagar la papeleta de sitio, y es como que salen un día sí y otro también, pues se quejan, no les alcanza, para todas las cuotas y las papeletas de sitio.
Entonces oiremos gritar ¡La cola está!, ¿no?
Está, está, está todo como todos los años, y nosotros también.
Pues entonces estamos dentro de lo tradicional, como me gusta que se normalice la situación y se respete lo tradicional, que todo salga bien como siempre.
¿No te suena alguna parte de esta ficticia conversación, que nunca fue realidad?, ¿o quizás forma parte de la realidad?