De Cerca, Portada, Sevilla

Joaquín Gómez: “El vestidor ha de tener una predisposición artística innata”

Autor de los cambios de atavío de imágenes tan señeras como la Esperanza Trinidad o la Virgen de las Angustias de los Estudiantes, el magnífico vestidor Joaquín Gómez concede una entrevista a Gente de Paz.

Gómez se sincera sobre la técnica del arte de Vestir a la Virgen, las telas más complicadas de colocar, su trayectoria y las imágenes en las que desarrolla esta labor.

Esperanza Trinidad ataviada para su Veneración, el pasado mes de diciembre. Foto: Joaquín Gómez.

– ¿Cómo nace tu pasión por el arte de Vestir a la Virgen?

Por tradición familiar. Una antepasada mía fue camarera y vestidora de Ntra. Sra. De los Clarines, patrona de Beas (Huelva). Desde niño viví un clima de devoción a la Stma. Virgen y se hablaba del mimo y dedicación con que mi tía vestía a la imagen. Siendo muy niño tuve la oportunidad de entrar en uno de los cambios de vestimenta y recuerdo como me impresionó. Todo esto hico nacer en mí el interés y la curiosidad por esta labor que desarrollaría con los años en mi Hermandad de la Trinidad de Sevilla.

“Siendo muy niño tuve la oportunidad de entrar en uno de los cambios de vestimenta y recuerdo como me impresionó”

Virgen de la Cabeza (Hdad. De las Siete Palabras). Foto: Joaquín Gómez.

– ¿Qué dotes artísticas y técnicas debe tener, a su juicio, un vestidor?

En mi opinión son varios factores los que deben de confluir. En primer lugar una predisposición artística innata con la que se nace y que moverá al futuro vestidor a aprender la técnica y a desarrollar la bella labor que le será encomendada. Un sentido de la medida y las proporciones. Lo que diríamos tener buen gusto. Arte y técnica han de ir de la mano. Es importante también una cierta formación en historia del arte, de manera que los diversos atuendos respondan a criterios históricos y no a un simple gusto personal o caprichos estéticos del vestidor o de los priostes y camareras del momento. Por último, y no por ello menos importante, que sean personas creyentes y devotas. Esto último contribuirá a que la labor del vestidor esté al servicio de la Madre de Dios, de sus imágenes sagradas y de los devotos que a través de ellas conectan con la que está gloriosa en el cielo y no al servicio de nuestros egos personales, quedando lo fundamental en un segundo plano.

“Arte y técnica han de ir de la mano”

Virgen de la Angustia (Hdad. De los Estudiantes). Foto: Joaquín Gómez.

– ¿Pensó que llegaría a vestir imágenes de la envergadura de la Trinidad o la Angustia de los Estudiantes?

Cuando uno es un adolescente cofrade y ve procesionar a imágenes de esta envergadura el poder llegar a vestirlas es un sueño y un décimo lotería. Tienen que confluir muchos factores para que estos sueños se cumplan. En el caso de la Esperanza yo era hermano de la hermandad y me integré desde que me hice hermano en la misma. Después de algunos años de trabajo y compromiso la Virgen me premió con el mejor de los regalos que un joven vestidor puede soñar. En el caso de la Angustia ha sido un regalo de madurez. Se trata de una imagen a la que siempre he tenido un cariño especial… Quizás por su parecido con la Esperanza. Nunca pensé cuando todos los años la veía por la Plaza de la Contratación que algún día pudiera estar tan cerca de Ella.

“Cuando uno es un adolescente cofrade y ve procesionar a imágenes de esta envergadura el poder llegar a vestirlas es un sueño y un décimo lotería”

Madre de Dios del Rosario, Patrona de Capataces y Costaleros. Foto: Joaquín Gómez.

– ¿Es difícil abrirse camino en el arte del vestir a la Virgen?

No es fácil, sobre todo si hablamos de hermandades de Sevilla capital. El vestidor tiene que saber hacer bien su labor pero además influye mucho la forma de ser y comportarse de cada uno. Las juntas de gobierno suelen buscar vestidores que en lo personal sean de trato afable y discretos y que desarrollen su labor con devoción y buen hacer. Lo más difícil es que confíen en uno la primera vez, después depende de uno mismo que te confíen otras imágenes.

“Las juntas de gobierno suelen buscar vestidores que en lo personal sean de trato afable y discretos y que desarrollen su labor con devoción y buen hacer”

Virgen de la Concepción (Hdad. De la Trinidad). Foto: Joaquín Gómez.

– ¿Piensa usted que dicho oficio se ha globalizado en la actualidad?

Si nos referimos a una globalización en el estilo de vestir a las imágenes pienso que si en gran medida. La forma de vestir en Sevilla ha inundado toda Andalucía, España y hasta hermandades de fuera de nuestro país. Si esa globalización ha contagiado a imágenes que no tenían un estilo propio no me parece mal. Pero creo que las diversas regiones deben mantener y perfeccionar los estilos históricos que tienen y que contribuyen a una mayor riqueza de esta labor. Ejemplos como el estilo gaditano no deben perderse sino potenciarse como seña de identidad. Incluso deben mantenerse los estilos propios de cada iconografía. Las dolorosas vestidas de los que son y las imágenes de gloria como les corresponde de forma tradicional. Así he tratado de hacerlo desde que visto a la Virgen del Rosario de San Vicente o a Madre de Dios del Rosario, recuperando el estilo tradicional de glorias sevillanas.

“(…) deben mantenerse los estilos propios de cada iconografía. Las dolorosas vestidas de los que son y las imágenes de gloria como les corresponde de forma tradicional”

Virgen del Rosario de San Vicente. Foto: Joaquín Gómez.

– Pepe Garduño fundó una escuela de vestidores a finales del siglo XX. ¿Haría falta algo parecido en este momento?

Soy más partidario de la forma tradicional es que se han formado los vestidores históricamente. Es la formación por relevo entre vestidor y discípulo. Cuando llega el momento de retirarse un vestidor debe tener un ayudante al que enseñarle lo que sabe y dejarle luego que desarrolle su estilo personal. Una labor tan íntima dentro de las hermandades también debe enseñarse en esa intimidad.

“Cuando llega el momento de retirarse un vestidor debe tener un ayudante al que enseñarle lo que sabe y dejarle luego que desarrolle su estilo personal”

Detalle de un manto de una Imagen Mariana. Foto: Alejandro Sigüenza.

– Sevilla tiene imágenes marianas con un atavío notablemente mejorable. ¿Cuál cree usted que son los motivos de la permanencia de “vestidores limitados” en estas hermandades?

Creo que el motivo principal es el factor humano. Los vestidores desarrollamos una labor mejor o peor, pero también somos personas y se establecen unos lazos de amistad y hermandad que en algunos casos prevalecen sobre la labor que se desarrolla. Cada hermandad es un mundo y comprendo los aprietos y dilemas que pueden vivir algunas juntas de gobierno. Dependiendo de los casos creo que es humano y cristiano dejar que esas personas sigan desarrollando su labor, siempre que la imagen como mínimo este dignamente vestida aunque no roce el deseable nivel de la excelencia.

“Dependiendo de los casos creo que es humano y cristiano dejar que esas personas sigan desarrollando su labor, siempre que la imagen como mínimo este dignamente vestida (…)”

Esperanza Trinidad. Foto: Joaquín Gómez.

– Hablemos de la Esperanza Trinitaria. ¿Cómo y cuándo nace la propuesta para que usted empiece a vestirla?

El anterior vestidor de la Virgen era el recordado Paco Morillo. Se dio la circunstancia de que cuando me hice hermano de la Hermandad él estaba muy mayor y permitió tener dos ayudantes. Uno fue José Antonio Grande y otro fui yo. Durante varios años estuvimos aprendiendo y vistiendo a la Virgen entre los dos bajo su supervisión. Cuando Paco decidió retirarse definitivamente fue la Junta de Gobierno del momento la que me nombró como nuevo vestidor de todas las imágenes de la Hermandad. Hace ya de eso 21 años pero sigo dando las gracias cada día por ese regalo que atesoro y tendré mientras Ella y los hermanos de la Hermandad quieran.

“Cuando Paco decidió retirarse definitivamente fue la Junta de Gobierno del momento la que me nombró como nuevo vestidor (…)”

Esperanza Trinidad con tocado de encaje. Foto: José Muñoz.

– Durante su etapa como vestidor hemos visto a la Esperanza con una gran variedad de tocados. ¿Con cuál cree usted que se encuentra más favorecida la imagen?

Cuando hablamos de una imagen de la calidad y unción como la de la Esperanza es difícil que algo no le siente bien. Todo lo que se le pone lo multiplica y embellece y es difícil decantarse por un estilo excesivamente definido. Es por ello por lo que he tratado que su estilo sea precisamente un repertorio más o menos variado que acompañe su belleza y dentro de unos límites de mesura y proporción. Decantarme por un estilo único nos privaría de estampas que Ella aguanta y sorprende a quien la mira y les ayuda a rezar.

“(…) he tratado que su estilo sea precisamente un repertorio más o menos variado que acompañe su belleza y dentro de unos límites de mesura y proporción”

Esperanza Trinidad con un tocado de tul blanco liso. Foto: José Muñoz.

– ¿Y cuál es el tejido, a su juicio, más difícil de colocar?

Quizás el tejido que más técnica y elaboración precisa es el tul, sobre todo para que quede airoso y natural. Lo más complicado de poner, en mi opinión, son las mantillas de pico como la que tuvo puesta la Virgen de la Esperanza en el último besamanos. De todos modos la dificultad desaparece cuando pones algo la primera vez. Es lo que aporta la experiencia.

“(…) la dificultad desaparece cuando pones algo la primera vez. Es lo que aporta la experiencia”

Madre de Dios del Rosario en la Veneración del pasado mes de octubre. Foto: Joaquín Gómez.

– ¿Las priostías de las distintas hermandades para las que trabaja suele darle muchas instrucciones o por el contrario le dejan libertad para derrochar su creatividad y experiencia en el oficio?

Tengo la suerte de que las hermandades en las que desarrollo mi labor como vestidor me dan total libertad. En el único apartado en el que solemos llegar a consensos es en el de las prendas a colocar. En la elección del tocado y en su colocación tengo siempre un voto de confianza. Creo que esto es fundamental en nuestra labor. Cuando se dan excesivas instrucciones el resultado a veces no es el deseado. Es como si a un pintor se le dice que paleta de color tiene que usar o que tipo de pincelada dar. Cuando a un vestidor hay que darle demasiadas instrucciones es porque quizás no es la persona adecuada para esa hermandad. Si veo bien que los priostes sugieran algunas ideas y que se acuerden con el vestidor y las camareras. Instrucciones detalladas impuestas ya es otro cantar.

“Cuando a un vestidor hay que darle demasiadas instrucciones es porque quizás no es la persona adecuada para esa hermandad”

Virgen de los Remedios (Hdad. De las Siete Palabras) atavida para la Semana Santa 2021. Fotos: Joaquín Gómez.

– Muchos hermanos de las Siete Palabras están encantados por el espléndido trabajo que realiza con la Virgen de los Remedios, cuya posición del cuello no hace fácil la tarea. ¿Requiere una técnica especial el atavío de esta dolorosa?

Es una imagen con una gran personalidad y que se presta a atuendos que refuercen la teatralidad de su postura. El dialogo que mantiene con su Hijo en la cruz he intentado potenciarlo con la posición de sus manos y la naturalidad en la colocación de los mantos y tocados. Aunque en apariencia puede parecer que es una imagen difícil de vestir, he de confesar que es la que menos tiempo tardo en hacerlo. Su giro de la cabeza y su postura permite una indumentaria asimétrica y natural que se traduce en un menor tiempo de ejecución.

“Es una imagen con una gran personalidad y que se presta a atuendos que refuercen la teatralidad de su postura”

Virgen del Rosario (Hdad. De Montesión) ataviada de luto en noviembre de 2020. Foto: Hdad. De Montesión.

– El pasado mes de noviembre se le adjudicó en la prensa el cambio de la Virgen del Rosario de Montesión ante la imposibilidad del vestidor habitual, Manuel Ojeda. ¿Qué hay de cierto en esta información? ¿Es una imagen que le gustaría vestir en el futuro?

El vestidor de la Virgen del Rosario es Manolo Ojeda y si la Hermandad no se ha pronunciado al respecto es porque no lo ha creído oportuno y es muy respetable. Lo que sí puedo decir es que Manolo Ojeda es una gran persona, discreto, generoso y muy querido en la Hermandad de Montesión, donde desarrolla una labor que a unos gustará más o menos pero que pone alma y vida en hacerlo, y eso también hay que tenerlo en cuenta. Es una de las grandes dolorosas de Sevilla y cualquier vestidor suspiraría por vestirla pero hay que respetar a la persona que lo hace actualmente y desde estas líneas mi reconocimiento y respeto.

Virgen de la Angustia (Hdad. De los Estudiantes). Foto: Fernando Domínguez Gómez.

– ¿Qué mensaje le transmitiría a las siguientes generaciones de vestidores?

Que lo que hagan lo hagan por devoción. Que antepongan los valores de la imagen a sus egos personales y que el menos es más.