Gente de Paz charla con un capataz joven pero con gran experiencia en las trabajaderas, que poco a poco va ganando terreno en el mundo del martillo dentro y fuera de Sevilla.

-¿Cómo nace tu pasión por el mundo del costal?
La verdad que mi pasión por este universo empezó tarde. Yo no venía de una familia cofrade, y mi ilusión por esto fue surgió de “conocer” a la Macarena en la calle. Yo antes veía la Semana Santa como cualquier niño que estaba de vacaciones y su madre le llevaba a ver los pasos con mis primos allí en la plaza del Duque.
Más o menos con 8 años conocí a la Macarena en la calle, porque años atrás me tenía que ir a Algeciras en Semana Santa por compromisos familiares. a partir de ahí me empecé a preocupar por todo lo relacionado a la Semana Santa.
Ya con 18 años conocí a Santiago Zayas, con quien sigo en los pasos a día de hoy. Él me empezó a llevar de costaleros en cuadrillas como la del palio de Gracia y Amparo de los Javieres. Desde ese momento cada día quise aumentar mis conocimientos sobre el tema del costal.
“Yo no venía de una familia cofrade, y mi ilusión por esto fue surgió de ‘conocer’ a la Macarena en la calle”
– ¿Cuáles fueron sus orígenes en las trabajaderas?
Antes de entrar en los Javieres me acuerdo que saqué una Virgen en San Juan de Aznalfarache, que a día de hoy no procesiona. Ese mismo año Santi me llevó a la Virgen de las Veredas, Patrona de Valdezorras, cuya cuadrilla comandó durante muchos años; formando además parte de la junta de gobierno.
Un tiempo después entré en la cuadrilla de la Virgen de Gracia y Amparo de los Javieres, donde conocí el buen hacer de la familia Palacios al mando de los costaleros.
“Saliendo de costalero en el palio de Gracia y Amparo conocí el buen hacer de la familia Palacios al mando de los costaleros”
A partir de ahí ví que todo era distinto a lo que había vivido y que cada día me gustaba más el mundo del costal.

-¿Qué aprendió de sus predecesores en este arte?
La verdad que de Rafael Díaz Palacios lo que sus costaleros hemos aprendido es el cariño que él nos tenía a todos, que él lo daba todo por nosotros. Para los que empezábamos en esto era un padre. Verle hablar, cómo se emocionaba … Era algo que se apreciaba debajo del paso, y te ayudaba a darlo todo.
También con los años conocí a Eduardo “el camarada”, a quien considero mi maestro. Me enseñó que aparte del cariño que había que darle al costalero, tú le debías respeto igual que él a ti. El Camarada me enseñó la honradez en esto.
Eduardo “El camarada” me enseñó que aparte del cariño que había que darle al costalero, tú le debías respeto igual que él a ti”
– Hay quién cree que actualmente los pasos de palios no se mueven con la gracia de antaño. ¿Qué opina al respecto?
Pienso que la Semana Santa se va adaptando a los tiempos. Hasta hace relativamente poco hemos visto a la Virgen del Rocío con un notable movimiento de las bambalinas, pasándose después a que casi ni se percibiera el bamboleo; y últimamente se vuelven a ver moverse un poco más que años atrás.
Yo estoy a favor de que cada uno lleve su propia forma de andar; es decir que la técnica sea correcta y al mismo tiempo mantenga su estilo.
“Últimamente los pasos de palio vuelven a moverse un poco más que años atrás”

– ¿Los cambios en la manera de llevar los pasos son meras modas o por el contrario van cambiando por etapas?
Es una moda. Es verdad que ahora se puede llevar con más seriedad, pues al tener los pasos tantos relevos, no hace falta animar con el mismo ímpetu a los de abajo.
Tenga en cuenta que Manolo Santiago iba con cuadrilla o cuadrilla y poco toda la semana, y en esos casos o le quitabas de la cabeza a los costaleros que el paso pesa o no te llegaban.
Hoy en día cada 30 o 40 minutos tienes un relevo sin sacar pasos todos los días de la Semana Santa, lo que permite tanto a capataces como a costaleros una mayor comodidad.
“Los cambios en la manera de llevar los pasos son modas”
– ¿Cuáles son, según su criterio, los mejores capataces hoy en día?
Creo que hoy en día estarían tanto Antonio Santiago como los Villanueva, que hacen un trabajo excelente en sus respectivas cuadrillas.
Y junto a ellos incluiría a los hermanos Gallego, con los cuales tuve la oportunidad de trabajar en distintos pasos. Son muy buenos en la técnica, y tienen un trato fantástico con la gente tanto que salen con ellos como los que van a pedir sitio. Los Gallego saben darle a cada uno el cariño que necesita.
“Los hermanos Gallego son muy buenos en la técnica, y tienen un trato fantástico con la gente (…)”

– ¿Piensa que veremos pronto una procesión en las calles de Sevilla tras la pandemia del covid-19?
Yo soy positivo y creo que sí. Me gustaría que fuera la Virgen de los Reyes porque creo que es la devoción, como Patrona de la Archidiócesis, que debe reabrir los cortejos procesionales en la ciudad. Aunque también imagino que podría salir inicialmente alguna de las Pastoras en su correspondiente fecha.
“Me gustaría que tras la pandemia saliera a la calle la Virgen de los Reyes”
Y si no fuera así, tengo fe en que pudiéramos procesionar con Salud y Esperanza, pues para mí como capataz sería un orgullo.
Lo que sí tengo claro es que la Imagen que salga lo hará con costaleros, ya que aparte de ser lo tradicional en Sevilla se necesita.
– ¿Cómo recuerda la última salida de Salud y Esperanza?
Fue una salida agridulce, porque nuestra estación es al Hospital Virgen Macarena, y no pudimos acceder al recinto como es tradición por motivo de la pandemia, que ya amenazaba el país semanas antes del confinamiento durante la Cuaresma del pasado año 2020. Nos quedamos con un mal sabor de boca.
“La última salida de Salud y Esperanza fue agridulce al no poder hacer estación en el Hospital Virgen Macarena”
Por otra parte reconozco que damos muchas vueltas en el recorrido hacia el hospital, pero es por no parar demasiado tiempo el tráfico de vehículos en las avenidas.
Aunque si es verdad que sí pudiéramos acortar el camino para llegar antes al hospital y volver no nos importaría.

– Hace unos meses fue elegido capataz del Nazareno de Motril. ¿Cómo se siente con esta designación?
La verdad que todavía no me lo creo. Es el copatrón de Motril, imagínese si habrá personas deseosas de sacarlo.
Cuando me lo ofrecieron me quedé sin palabras, ya que es una responsabilidad muy grande; pero a la vez muy agradecido por confiar en mí para dirigir la cuadrilla que lleva al Señor en procesión.
“Me quedé sin palabras cuando me ofrecieron ser capataz del Nazareno de Motril (…)”
La verdad es que estoy deseando empezar a trabajar allí, aunque desde el nombramiento estoy viendo cosas de allí para saber qué hacer; y me he acercado para ir conociendo el paso y la cuadrilla. En los próximos días me quiero acercar para conocer bien el recorrido.
Estoy deseando que llegue el primer día de la igualá para empezar y ver algo distinto a lo que conozco.
– Volviendo a Sevilla, ¿qué le parece el andar de los pasos en la ciudad?
Creo que el andar de los pasos de Sevilla es muy bueno. Ciertamente hay detalles que mejorar en algunos casos, pero hay buen nivel.
Mi opinión es que una buena igualá mejora notablemente el transitar de los pasos procesionales. Tener a cada costalero en su lugar y crear buen ambiente en la cuadrilla son las claves para que un paso vaya bien.
“Una buena igualá mejora notablemente el transitar de los pasos procesionales (…)”

– ¿De qué paso le gustaría ser capataz en Sevilla?
Sería capaz de responderle antes de cual no me gustaría porque desearía ser capataz hasta de los pasos que hacen los niños en los barrios. Yo vivo esto los 365 días del año y me gustan todas las hermandades, representando todas la pasión del Señor y el dolor de su Bendita Madre con distintas advocaciones.
Y por ello he llevado a varios Titulares de nuestras cofradías, incluyendo el paso de la Canina, en el cual digo con orgullo que salí de costalero y volvería a hacerlo; y si me nombraran capataz de esta alegoría estaría feliz.
Por tanto reconozco que soy un cansino de las procesiones y me gustaría sacar cualquiera.