Con la venia, Córdoba, Opinión

Frente a fines bastardos, 2000 años de fe

En los debates espurios que se están sucediendo en las últimas semanas en Córdoba, iniciados las más de las veces por dos clases de individuos; desvergonzados, e ignorantes; interesadamente se soslaya una realidad histórica apabullante. Y se hace porque no interesa para unos fines bastardos e instrumentos propios de mercenarios, se encuentren éstos cobijados, o no, dentro de ciertas comisiones o amancebados en discutidas plataformas.

Nos referimos claro está a la demostrable importancia que Córdoba y los cordobeses han tenido casi desde sus inicios en el devenir del cristianismo. Y es que para las gentes que tratan de hurtar a los católicos el mayor templo de la diócesis pareciera por arte de bibirloque, o en su caso por una emanación, procedente de cualquier cercano agujero negro a nuestra galaxia, que el catolicismo cordobés es cosa de hoy o como mucho de un ayer cercano y oscuro. Pues no señores, por llamarles de alguna forma, el cristianismo y Córdoba son y han sido los protagonistas de una bella historia de amor e intercambio fecundo que ha irradiado a ambas realidades; juntas han crecido y han ganado con lo que de ambas han obtenido y siguen obteniendo.

Podríamos anotar páginas enteras de ejemplos de lo que manifestamos, creyendo firmemente que el episodio de la cultura andalusí no podría entenderse sin el concurso de los cristianos mozarabes, y que su ocaso vendría dado precisamente por el ostracismo, el asesinato, el martirio o el exilio de nuestros paisanos y hermanos de Fe.

Para esos ignorantes y desvergonzados enunciaremos algunos nombres y hechos en forma de pincelada que si hoy no son tenidos en cuenta es por la escasa cultura general de nuestra sociedad y la consabida apatía cordobesa que esos doctores del latrocinio saben exprimir. Pero la memoria aunque moleste sigue estando presente en los corazones y las dádivas que nuestros mayores nos legaron, algunas veces en forma de martirio, aunque eso también parezca molestar a aquellos que se transfiguran en pequeños y atribulados mesías de indecentes causas, o también esos otros individuos reconvertidos en lendakaris vindicadores de consultas ciudadanas, verbigracia como ciertas elecciones de un país vecino que otorgan una mayoría aplastante de representación parlamentaria con un escuálido 16% del electorado a su favor; pero esto es otra historia que vendría a cuestionar lo que de democráticas tienen en las sociedades occidentales elecciones y consultas, y cómo casi siempre benefician al que las organiza.

Osio de Córdoba

Lo que nos legó San Álvaro haciendo de Córdoba la primera urbe occidental donde se celebró el rito del Vía Crucis es una verdad histórica apabullantemente cierta.

Lo que San Eulogio representó para la cultura medieval europea y mediterránea transmitiendo a través de Córdoba textos latinos y griegos clásicos es de una magnitud extraordinaria, y una verdad histórica apabullantemente cierta.

Lo que Osio de Córdoba, miembro entre los siglos III y IV de nuestra era de una floreciente comunidad cristiana, muy anterior a la irrupción del Islam en la historia, representó y sigue representando para la Iglesia Universal se puede comprobar en cada misa de cualquier iglesia del mundo mientras se ora el Credo, la profesión de nuestra Fe. Esto es una verdad histórica apabullantemente cierta.

Quien quiera Ver que Vea.