Córdoba, Portada

La ágil intervención de la presidenta de la Agrupación de Cofradías y la predisposición del alcalde de Córdoba solucionan el problema de los altares del Corpus

La diligente intervención de la presidenta de la Agrupación de Cofradías, Olga Caballero y el alcalde de Córdoba, José María Bellido, y varias reuniones que han tenido lugar desde el pasado viernes, han evitado otro conato de incendio en el seno de algunas hermandades cordobesas tras el malestar surgido por la gestión de permisos de las pasadas cruces de mayo, que se resolvió in extremis, merced a la implicación de miembros del equipo de gobierno municipal, con Marian Aguilar a la cabeza.

El pasado jueves, el máximo órgano de representación de las cofradías cordobesas hicieron llegar un escrito a las distintas hermandades para trasladarles los requisitos exigidos por el departamento municipal encargado de expedir la preceptiva autorización para el montaje de los altares del Corpus de 2023.

El requerimiento incluía, según la comunicación facilitada por la Agrupación, una Memoria Técnica, firmada por un técnico competente que especificase las características técnicas de los altares, concretando la entidad (hermandad) organizadora, la ubicación del altar así como otros pormenores como el horario en el que se debía proceder al montaje y al desmontaje, las dimensiones, la tipología y detalles como los elementos decorativos, como mesas, base o retablo, incluyendo las imágenes precisas, en su caso.

El informe precisaba, también, el emplazamiento de cada uno de los altares, fotografías de los mismos de otras ediciones, en caso de disponer de ellas, afección al tráfico, medidas de seguridad adoptadas, aforo o asistencia previsible, así como cualquier otra información que resultase de interés para el montaje del altar efímero. Este documento debía constar de un informe que podrá recuperarse para otras ediciones, y un certificado de seguridad y solidez estructural, todo ello con un coste estimado de más de 600 €.

Considerando que la subvención que perciben las hermandades que montan altares asciende a 500 €, este informe junto con los gastos de desplazamiento, flores y cera propiciaba que las distintas corporaciones debieran incurrir en pérdidas por lo que algunas de ellas se habían llegado a plantear renunciar al montaje. A todo ello hay que añadir que la ciudad se encuentra en plena Feria de Nuestra Señora de la Salud, con las limitaciones que ello implica a efectos de poder tramitar cualquier gestión en estos días.

Afortunadamente, el malestar ha logrado ser disipado gracias a la ágil intervención de la presidenta y el alcalde, con quien Olga Caballero habló el viernes, de modo que este año no será necesario presentar esta memoria por lo que será necesario incurrir en este coste. No obstante, en años venideros será imprescindible realizar esta memoria, por lo que habrá que implementar las fórmulas para su materialización, con la antelación necesaria.

Conviene subrayar, al respecto, que este es un asunto del área de Seguridad y Vía Pública que implica unas medidas de protección de obligado cumplimiento que resulta imprescindible observar por lo que, con vistas a futuro, será indispensable elaborar esta memoria. Un asunto en el que el compromiso de las hermandades, como es lógico, como miembros activos y responsables de la ciudad, tendrá que ser ineludible.