Las cofradías enfilan la recta final de los días de la Pasión mientras el público se concentra en las iglesias del centro
El Viernes Santo en Sevilla ha llegado a su fin con un cierto sabor a añoranza en el ambiente.
Dos factores se unen en el ánimo del cofrade: Vacío por la falta de imagénes en las calles; y tristeza ante el final de esta semana atípica pero intensa en la ciudad del Guadalquivir.
Las cofradías de la Madrugada han continuado recibiendo las visitas de los devotos y cofrades, con colas muy largas como las de la Macarena, cuyo final llegaba a la altura parada de autobús junto a la muralla; o la Esperanza de Triana, con una masa de fieles que se extendían hasta el final de la calle Pureza.
Y muy concurridas también han estado las hermandades del día, donde la Policía Local ha velado por la seguridad y el mantenimiento de las medidas sanitarias en cada templo. El compañero Benito Álvarez nos sorprende nuevamente con una excepcional galería fotografía sobre las imágenes que habrían realizado la Estación de Penitencia en la tarde de hoy.
Muchas cofradías de las jornada, como San Isidoro o el Cachorro, han realizado actos dedicados a los hermanos, como el Sermón de las Siete Palabras; mientras que otros enclaves, como la Parroquia de la O, ha acogido los Oficios del Viernes Santo.
Mucho público en las calles del Casco Histórico y en Triana, con cierta presencia de señoras ataviadas de mantilla; y bares repletos en un día nuboso pero con calor en las horas principales.