El poder evangélico de nuestras Sagradas Imágenes es incalculable. Se ha demostrado a lo largo del paso de los años con la diversificación de obras del arte sacro español a lo largo y ancho de todo el orbe terrestre. Ejemplos como el retablo cerámico que preside la Virgen de la Esperanza de Málaga en plena Vía Dolorosa de Jerusalén o la proliferación de la devoción a la Esperanza Macarena con la diversificación de Tallas calcadas de la Virgen de San Gil por todo el mundo han dejado latentes la capacidad de enternecimiento y ternura que proporcionan los rostros de Nuestro Señor y su Santa Madre.
Uno de los últimos ejemplos del incremento de la devoción internacional a nuestras Imágenes descansa hoy en el lejano y árido estado de Texas, más concretamente en una pequeña localidad llamada New Braunfels. Allí desembarcó, el pasado 8 de diciembre, una obra pictórica de Nuestra Señora de la Estrella de Sevilla realizada por el artista veleño Ignacio Rangel de Arias.
El lienzo, que ha sido de nominado como “Estrella Inmaculada” ha sido recibido por la misión de la Divina Misericordia (Mission of Divine Mercy) de New Braunfels en Texas (Estados Unidos) de manos de su superior Fr. John Mary Foster.
Se trata de una obra confeccionada en óleo y acrílico sobre lienzo que representa a la trianera Virgen de la Estrella ataviada al modo y atributos tan característicos de las representaciones de la Inmaculada Concepción a lo largo de la historia y a su vez, atributos tan vinculados con esta dolorosa; manto azul noche, el rosario en su mano derecha y acunando entre sus brazos: una media luna de plata.