Portada, Sevilla

La Macarena desmiente la noticia de la exhumación de Queipo

Ante la presunta “información” -por denominarla de algún modo- publicada en el “medio” de extrema izquierda Eldiario.es sobre la supuesta exhumación de Queipo de Llano de la Basílica de la Macarena, que está firmada por Daniel Cela, la Hermandad de la Macarena, corporación que aparece aludida en esta información, ha difundido a los medios de comunicación un contundente comunicado en el que señala que es absolutamente incierta la información publicada, que la información nunca ha sido contrastada con la Hermandad de la Macarena ni con su Hermano Mayor y que el periodista jamás ha comprobado la veracidad de su información contrastándola con esta Hermandad.

Además, el comunicado pone de manifiesto que en la presunta exclusiva, aparecen afirmaciones que son absolutamente falsas: no existen contactos recientes con la familia Queipo de Llano, el columbario no tiene fecha de inicio ni de finalización, las supuestas fechas de exhumación son directamente una invención; incluso un detalle tan fácil de contrastar como es la pertenencia de la Consejera a la Hermandad no ha sido contrastado: no es hermana.

Adicionalmente, la hermandad subraya que, a pesar de los intentos de la Hermandad de la Macarena, y de su departamento de comunicación, de contactar con el periodista para hacerle saber de las inexactitudes de su información, le ha resultado absolutamente imposible hacerlo por incomparecencia del periodista.

En base a todo ello, la Hermandad de la Macarena, que siempre ha mostrado un escrupuloso respeto por el trabajo periodístico y una inamovible convicción en la libertad de expresión, se ve obligada a desmentir públicamente este tipo de supuestas informaciones que no cuentan con los mínimos estándares de rigor periodístico. Esta corporación lamenta profundamente tener que hacerlo pero está convencida de que solo así resplandecerá la información veraz y el trabajo periodístico riguroso. Un contundente comunicado que deja el panfleto comunista en el más absolutos de los ridículos.