La estabilidad es la nota predominante en aquellas corporaciones cuyo funcionamiento se adecua a parámetros que permiten consolidar proyectos a largo plazo, determinando inevitablemente el estilo que imprimen en su fisionomía que se transmite a lo largo de los años de manera prácticamente inalterable. Una de estas hermandades es la Misericordia cuya esencia se perpetúa en el tiempo y se materializa en la conservación de unas señas de identidad perfectamente definidas que se mantienen a pesar de que las personas que en ellas se desenvuelven varíen, en la creencia de que las personas pasan pero la esencia de las cofradías permanece.
Una premisa que la corporación del Miércoles Santo ha vuelto a evidenciar con la renovación de la banda que acompaña desde hace años al titular cristifero de la cofradía poniendo el contrapunto musical cada Miércoles Santo detrás del elegante y sobrio caminar del Titular de la corporación de la Basílica Menor de San Pedro, de tal modo que la Banda de Cornetas y Tambores Caído y Fuensanta – los tres próximos Miércoles Santos, continuará derramando su música tras el impresionante crucificado la próxima primavera consolidando una relación que sobrevive al paso del tiempo.