Recientemente hemos sido testigos de unos instantes sobrecogedores en el Nuevo Arcángel de Córdoba durante el partido que enfrentaba al Córdoba con el Racing de Ferrol, con el desplome del jugador Dragisa Gudelj y la muerte súbita que sufrió, necesitando reanimación con un desfibrilador para recuperar el pulso.
Esta problemática no es ajena a las hermandades, muchas de las cuales ya cuentan con profesionales sanitarios e incluso desfibriladores para solventar cualquier eventualidad que pueda suceder.
Rafael Pérez es técnico en emergencias y costalero de la Virgen de Amargura, Titular mariana de la Hermandad del Rescatado y de la Virgen de la Paz y Esperanza de Córdoba. Ya el año pasado ambos pasos contaron con un desfibrilador bajo los mismos, y en esta Semana Santa de 2023 se volverá a repetir esta gran iniciativa, que nació por parte de este sanitario y fue apoyado por las Juntas de Gobierno de ambas cofradías.
No obstante, este año el desfibrilador no irá bajo el paso de la Paloma Capuchina, sino detrás, pues se cuenta con la presencia de dos sanitarios, hermanos de la corporación del Miércoles Santo que se han ofrecido a llevarlo, pudiendo así actuar con más rapidez y de forma correcta en caso de necesitarlo.
Una medida que redunda en la búsqueda de seguridad del cortejo capuchino, así como de cualquier persona que pueda necesitarlo en un momento dado de la Estación de Penitencia.