Se someterá a la aprobación de los hermanos en el Cabildo General Extraordinario que se convocará a tal efecto para la segunda quincena del mes de septiembre
El próximo viernes 16 de junio, en la casa Hermandad de la Soledad de San Buenaventura y tras la finalización de la Misa de Hermandad, será presentado a todos los hermanos que lo deseen el proyecto de mejora y adecuación del paso de Nuestra Señora de la Soledad, realizado por el proyectista y diseñador Javier Sánchez de los Reyes, quedando, para su conocimiento, permanentemente expuesto en las dependencias corporativas, hasta su aprobación, si procede, por el Cabildo General Extraordinario que se convocará a tal efecto para la segunda quincena del mes de septiembre.
El 28 de noviembre de 1954 la Junta de Gobierno muestra el proyecto de Emilio García Armenta para un nuevo paso abriéndose suscripción para la financiación del mismo. El Cabildo acuerda, no obstante, estudiar todos los proyectos que se pudieran presentar, antes de decidirse. El 12 de enero de 1955 se aprueba el proyecto de paso decantándose los presentes en el Cabildo por el de Emilio García Armenta.
Bajo diseño y parcial ejecución del insigne y reputado orfebre Emilio García Armenta se estrenaba nuevo paso en 1957. De la talla se encargó Manuel Guzmán Bejarano, que comenzó su trabajo pasada la Semana Santa de 1956. El original diseño mezclaba las aplicaciones, casetones, relieves y columnas de plata con la madera en color caoba. La Hermandad, por tanto, se embarcaba en un nuevo proyecto de paso que tardaría, por su costo y complejidad, 22 años en verse culminado.
El actual paso de Nuestra Señora de la Soledad es de estilo neorrenacentista, de líneas rectas con casetones donde se labran cartelas grandes y pequeñas que representa detalles de la pasión y de la vida de la Virgen María, separadas por columnas de fuste acanalado con capiteles corintios, friso corrido en la parte alta y recortado bajo las cartelas.
Los respiraderos llevan grueso moldurón en la parte alta, espacio para cinco placas en su frente y otras tantas en la trasera, y para ocho placas en cada uno de los laterales; friso en todo su perímetro interior y guirnaldas vegetales talladas en madera entre las cartelas, así como penacho invertido a modo de terminación en su contorno. La parte alta se rodea de crestería y perillas y en las esquinas cuatro magníficos y airosos candelabros de brazos para guardabrisas en cuyas bases se sitúan ángeles querubines (ejecutados magistralmente por Rafael Barbero Medina). Dichos candelabros tallados también en caoba llevaran en plata de ley, como toda la obra prevista, soportes, nudos y coronillas.
El año de su primera salida se encontraba terminada toda la labor de carpintería y talla, ejecutada por Manuel Guzmán Bejarano, pero no así la parte de orfebrería en plata que no empezaría a estrenarse hasta el año siguiente. Ese mismo año, al no estar totalmente terminados los candelabros de guardabrisas, fueron sustituidos, sólo en aquella ocasión, por unos hachones.
El Viernes Santo de 1958 por no estar terminados los candelabros de guardabrisas saca cuatro grandes faroles pertenecientes al paso del Stmo. Cristo de las Aguas que fueron cedidos generosamente. Debido al alto coste tanto material como de la mano de obra de este monumental proyecto, no pudo el orfebre cordobés afincado en Triana ver concluida su obra, pues le sobrevino la muerte tras una larga enfermedad en 1971, estando entonces ejecutada sólo parte de la orfebrería de la delantera y algunas piezas más, recomendando el propio artista que culminara su obra Manuel Domínguez Rodríguez, como así se hizo.
En 1976 Manuel Domínguez Rodríguez ejecuta los relieves del Santo Entierro, Noli me Tangere, Caída en la Calle de la Amargura, Expolio, Calvario, Piedad, Oración en el Huerto, Columna, Coronación de Espinas, Sentencia, La Verónica, y el Encuentro de la Virgen en la Calle de la Amargura. De bulto en igual metal: El nacimiento de la Virgen, Tránsito y la Virgen de Guadalupe, y los cuatro evangelistas flanqueados por columnas, dos en cada lateral. El conjunto se remata con la ejecución de cuatro jarras en metal plateado, dos a cada lado de la Dolorosa.
El grupo frontal (capilla central) igualmente de bulto siguiendo el modelado de Francisco Berlanga Ávila de 1992 (Invención de la Santa Cruz y Lignum Crucis) fueron ejecutados por Manuel de los Ríos Navarro de Orfebrería Andaluza, todo en orfebrería de plata de ley. El espectacular llamador (1973), en argénteo metal, representa al Arcángel San Miguel que aparece sentado sobre un dragón, diseño de Manuel Domínguez Rodríguez y fundido por Hijos de Juan Fernández.
Los faldones bordados en hilo de plata sobre fondo de terciopelo burdeos fueron ejecutados en 1997 por Talleres Salteras con dibujos de Remigio Díaz Ballesteros donde se insertan el escudo antiguo de la primitiva Hermandad de la Santa Cruz en la delantera, escudos de España y Portugal en laterales y escudo franciscano en la trasera. En 2010 fueron restaurados y pasados a nuevo terciopelo en azul noche en el Taller de Mariano Martín Santonja.
El paso se expuso en representación de la ciudad de Sevilla en la octava edición de la Muestra Nacional de Artesanía Cofrade (Munarco 2004) celebrado en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla (Fibes) entre el 23 de enero y el 1 de febrero de 2004 En el año 2007 con motivo de las obras de restauración y acondicionamiento de la casa hermandad, hubo de trasladarse el paso a las dependencias de la Hermandad del Cachorro quedando expuesto junto al paso del Santísimo Cristo de la Expiración en la sala de exposiciones de la corporación trianera que tan gentilmente cedió sus instalaciones.
El 10 de septiembre de 2009, el paso de la Soledad de San Buenaventura fue trasladado desde su casa de hermandad hasta el taller de los hermanos Caballeros donde se le realizó una nueva parihuela dado el mal estado en que se encontraba la que tenía modificándose la altura de la misma y añadiendo una trabajadera más, de seis a siete. El paso quedó finalizado en su mayor parte en 1979, si bien, queda pendiente dotar a las andas de una mayor iluminación lateral con nuevos brazos de guardabrisas de menor tamaño, así como sacar a medio bulto o altorrelieve las cartelas centrales de los laterales y de la trasera.
Sin duda la irrupción de este paso en la semana santa de 1957 supuso una ruptura con la línea estética que hasta la fecha había tenido la Hermandad. Se trata del único paso en Sevilla con motivos y estilo renacentistas. Su aceptación en los sectores cofrades y de la Hermandad se hizo esperar, un proyecto de tal magnitud necesitaba verse acabado para valorarse en toda su dimensión. Hoy en día, ya no hay dudas.
El majestuoso, original y armonioso paso de Nuestra Señora de la Soledad goza del reconocimiento unánime de sus hermanos y cofrades. Un conjunto atrevido para la época en la que se proyectó y que más de medio siglo después ya forma parte de las joyas del patrimonio procesional de la semana santa sevillana.