Córdoba, Portada

Las cofradías sólo deberán pagar 23,02€ anuales, en concepto de “Tasa de Ocupación de la Vía Pública”, por todos los actos que realicen a lo largo del año

En las últimas semanas han corrido como la pólvora en el ámbito cofrade cordobés, ciertos rumores confusos que han hecho que se extendiese un fundamentado malestar dentro de las Hermandades que en algún momento de los 365 días que componen la vida .de las Cofradías, utilizan nuestras calles con motivo de actos o cultos en pos de la feligresía y distinción de Fe. Informaciones confusas e incluso opacas que la Agrupación de Cofradías no ha aclarado hasta hace apenas unos días a través del envío de una comunicación a las distintas corporaciones y que hasta entonces dejaba a la interpretación de cada cual la aparición de una ordenanza municipal en virtud de la cual, las hermandades deberían pagar una tasa, presuntamente por cada vez que hiciesen uso del espacio público. Un extremo que, a falta de información nítida y oficial ha propiciado la multiplicación de interpretaciones tan diversas como incongruentes, algunas de ellas probablemente interesadas.

El pago de una tasa por el uso por parte de las cofradías de las calles causando en ciertos momentos molestias en la ciudadanía, es mayoritariamente entendido y compartido dentro del propio ámbito cofrade -al igual que cualquier manifestación, prueba deportiva o evento que contravenga con el normal discurrir por nuestras calles-, y es por eso, que puede llegar a comprenderse la regulación por parte del equipo de Gobierno del Ayuntamiento de este tipo de situaciones, pero la “bomba fétida” con olor a interés que se ha derramado en los últimos días en algunos mentideros, resulta extremadamente llamativo.

Recordemos que el Ayuntamiento de Córdoba aprobó el pasado mes de octubre (con el voto favorable de PP, Ciudadanos y VOX) el documento de Ordenanzas Fiscales que, además de traducirse en una rebaja de unos ocho millones euros, prevé una tasa de 23,02€ por la ocupación de la vía pública. Una cuestión que fue transmitida a las hermandades sin mayor concreción, lo que ha permitido que haya sido utilizada de manera interesada para minar la relación que se ha venido cuajando entre el Ayuntamiento y las hermandades, conscientes ambos de que lo mucho que se necesitan mutuamente.

La gestión del asunto de la tasa, manifiestamente mejorable, ha adolecido de falta de transparencia lo que ha contribuido a que se multipliquen y alimenten versiones contradictorias, algunas de ellas sensiblemente perjudiciales para las hermandades. Versiones que llegaban a asegurar que las cofradías debían pagar por cada ensayo de costaleros o cada Vía Crucis cantidades que oscilaban entre los 23 y los 37 euros, consecuencia todo ello del oscurantismo creado alrededor de un asunto fácilmente explicable.

Finalmente, el pánico ha dado paso a la luz en forma de comunicado remitido a las hermandades por parte de la Agrupación de Cofradías en el que se detallan las condiciones acordadas “tras varias reuniones mantenidas en la búsqueda de una solución”. Condiciones que establecen que la tasa quede reducida al cobro simbólico de una cantidad anual de 23,02€ cuando las hermandades remitan en un documento oficial expedido por el Ayuntamiento, la solicitud de autorización de ocupación de vía pública anexando todos y cada uno de los eventos que realizarán por las calles de Córdoba a lo largo del año, organizando de este modo y con buen criterio, todos aquellas situaciones que de algún modo puedan alterar la circulación normalizada. Eso sí, aquellas situaciones que se den, y no estén detalladas en el documento en los primeros días del año, deberán pagar la tasa de manera anexa. 

El asunto, que si bien ha sido resuelto de la mejor manera posible y con un coste testimonial para las hermandades (23,02€ anuales -ningún drama- que será pagado por la Agrupación y posteriormente deducido del importe de la subvención, imputando a cada hermandad el importe de las tasas que les correspondan), dando carpetazo a las incipientes desinformaciones que algunos parecen haber intentado convertir en una tensión artificial, debe tener como clara moraleja que solamente desde la absoluta transparencia y la ágil respuesta cuando se solicita, se logra evitar que un asunto sin mayor importancia se pueda terminar convirtiendo en una bola con efectos indeseados, malestar artificialmente creado y versiones exageradas de consecuencias imprevisibles.