Querido lector de Cruce de Gallardetes:
Hace tan solo unos días, la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno “El Abuelo”, como es conocido internacionalmente, salía a las calles de Jaén, para acoger las oraciones de todos los fieles, los cuales, le imploraban y pedían, la tan necesario lluvia para nuestras almas y campos.
Las calles de Jaén, se llenaron de almas llegadas desde los diferentes puntos de la Diócesis de Jaén. Todos los creyentes quisieron vivir este histórico momento, donde se puso de manifiesto, una vez más, la fuerza de la religiosidad popular y de una manera especial, la fe del pueblo de Dios.
Pues bien, ante esas estampas de las calles, plazas y avenidas de Jaén llenas de corazones emocionados ¿Qué hemos encontrado? Una lluvia. Pero no una lluvia de agua, sino una lluvia de intolerantes. Cada vez que un medio de comunicación o determinadas cuentas en redes sociales, pone de manifiesto la religión, una tropa de demócratas de primer orden, utilizan su libertad de expresión, para atacar de manera gratuita a la Dios y su Iglesia y todo lo que ella abarca.
Y esta vez, queridos amigos, no podía ser menos. Furiosos, al ver que jamás podrán con nuestras creencias, insultaban no solo a Dios, su Hijo y María Santísima, sino a todos los que estaban participando de este acto de fe, riéndose de ellos.
La salida del Abuelo a las calles de Jaén, dejó una lluvia de intolerantes, que por modernos y demócratas que se las dan, solo dejaron su rencor y odio escritos en sus palabras. Nosotros, mientras tanto, a lo nuestro, pues si les molestamos en las calles, que tengan por seguro, que saldremos mucho más.