Los hermanos de la Soledad abordarán en un cabildo extraordinario la posibilidad de que la bellísima dolorosa de Luis Álvarez Duarte camine bajo el cielo del Viernes Santo acompañada por una banda de música que defienda un repertorio clásico. Ya lo deslizaba –pese a haber declinado confirmarlo oficialmente- el nuevo hermano de la corporación del Guadalupe, Enrique Ruiz Flores al afirmar, tras ser cuestionado al respecto, que «ese tema está en estudio. Será lo que los hermanos quieran». Conviene subrayar, en cualquier caso, que las reglas corporativas no impiden que la Virgen de la Soledad lleve música. La posibilidad de que la dolorosa franciscana camine acompañada de banda de música es una opción defendida por ciertos sectores de la hermandad desde hace años, como ya adelantamos en octubre de 2018. Ya apuntábamos entonces que lejos de ser una entelequia alguno de estos hermanos había llegado incluso a sondear la posibilidad de que una conocida banda de música cordobesa pudiese algún día poner el contrapunto musical el Viernes Santo detrás de la Virgen de la Soledad.
De este modo se culmina metafóricamente, de manera exitosa, la transformación asociada al histórico traslado desde la iglesia de Santiago a la parroquia de Santa María de Guadalupe, la Iglesia anexa al colegio de los Franciscanos. Traslado que fue aprobado en el Cabildo General extraordinario celebrado en el mes de enero de2020, que supone un antes y un después en el devenir histórico de la Hermandad y que ya debió producirse con música, en concreto acompañada por la banda de música Tubamirum de Cañete de las Torres, si bien los compromisos ineludibles de la banda cañetera en su localidad el Viernes Santos convierten en prácticamente inviable que esta sea la banda elegida cuando la hermandad apruebe el acompañamiento musical. Traslado público que quedó frustrado por la crisis sanitaria.
Recordemos que la Virgen llegaba a su nuevo sede canónica el pasado sábado 12 de septiembre, un día que ya forma parte ineludible de la memoria colectiva de la Córdoba cofrade. Un acontecimiento irrepetible en la corta pero intensa historia de la corporación cordobesa: una histórica veneración a la bellísima dolorosa de Luis Álvarez Duarte, fue el primer capítulo de una nueva vida entre los muros de la Parroquia de Guadalupe, nuevo hogar de la hermandad franciscana. Veneración que se convirtió en la primera ocasión encontrarse cara a cara con la Soledad franciscana en el franciscano templo de Levante, en el que la corporación cordobesa debe comenzar a construir su nuevo e ilusionante futuro dejando tras sí la historia vivida en Santiago.
Cabe destacar que la Parroquia de Guadalupe se encuentra anexa al Colegio Franciscanos -cuyo nombre coincide con el de la parroquia y con cuya tradicional procesión infantil colabora la cofradía desde siempre-, por lo que la vinculación con la esencia de la Hermandad del Viernes Santo resulta más que evidente. El único hándicap aparente al nuevo enclave, la distancia respecto al casco histórico, no parece demasiado relevante, ya que apenas un kilómetro separa al templo de los Jardines del Alpargate, lugar al que se accedería de manera directa por la Avenida de Rabanales. En cambio, su pertenencia al Barrio de Sagunto y, en concreto, la cercanía de zonas populosas de la ciudad como el eje La Viñuela-Jesús Rescatado o avenidas como El Cairo y Carlos III, podría propiciar sustanciosas ventajas, desde el punto de vista social para una hermandad que siempre ha adolecido de tener un cortejo reducido.