Este martes, 20 de marzo, The New York Times abordaba en sus páginas interiores una información relacionada con los restos mortales del general Queipo de Llano. Ya un día antes, en su página web, este diario publicaba una información firmada por Raphael Minder bajo el titular “In Seville, Burial of Civil War Commander Reopens Decades-Old Wounds”, que traducido viene a significar algo así como “el entierro del comandante de la Guerra Civil reabre décadas de viejas heridas” aborda una polémica que cada cierto tiempo vuelve a aparecer en los medios de comunicación y que continúa sin aplacarse.
El reportaje comienza abordando la figura del general, cuya perspectiva varia depende de a quién se le pregunte. Así pues, para uno es “a fascist criminal of the Spanish Civil War or a national hero”, es decir, un criminal fascista de la Guerra Civil española o un héroe nacional, según reza en el texto. Precisamente, ahonda, en que los defensores de su figura afirman que protegió al catolicismo y a España de la amenaza del comunismo.
Posteriormente viaja hasta la década de los años treinta del pasado siglo, para profundizar en la figura del general para pasar a citar a Paul Preston, historiador británico, considerado uno de los más importantes hispanistas vivos en nuestros días, quien estima que más de 45.000 personas fueron asesinadas en Andalucía bajo la jurisdicción de Queipo de Llano y que define al general como ““erratic, unreliable, unstable and volatile, irascible and always ready to resort to violence”, esto es, “errático, poco confiable, inestable y volátil, irascible y siempre listo para recurrir a la violencia”, según puede leerse en la página web del diario.
Finalmente, realiza un recorrido sobre la relación del general con la basílica así como con la hermandad, para abordar que en otras zonas de España se han exhumado ya a otros líderes del golpe de estado de 1936, como Emilio Mola y José Sanjurjo. Sin embargo, a diferencia de Queipo, estos fueron enterrados dentro de un edificio conmemorativo administrado por las autoridades de Pamplona mientras que la basílica es propiedad de la hermandad. Por último, recuerda que los familiares del general administran una fundación de caridad, aunque no proporciona un desglose de sus cuentas.
A menos de una semana para que dé comienza la fiesta más universal de Sevilla, el diario estadounidense aborda un tema del que ya se están haciendo eco otros medios de comunicación y que seguramente sea abordado en sucesivos días. La polémica, nuevamente, en primera página a escasas noches de la Madrugada más esperada.