El pasado martes se celebró una misa en la iglesia de San Juan de la Palma en Sevilla en recuerdo de la componente recientemente fallecida del Carmen de Salteras, Arantza Sánchez Portales.
Cuando Manuel Garrido López compuso la sevillana del Adiós (“Algo se muere en el alma cuando un amigo se va”), no iba muy desencaminado en su letra.
El pasado sábado nos dejó tras muchos años de lucha nuestra compañera, amiga y hermana Arantza, que también era actual componente de la Sociedad Filarmónica de Nuestra Señora del Carmen de Salteras.
Corría el año 1992, cuando en el seno de la hermandad de la Expiración de Málaga decidieron crear la primera banda de música de una cofradía en la capital de la Costa del Sol. Y allí estaba ella, con su fliscorno, donde empezó a aprender a rezarle a nuestro Señor tocando un instrumento.
Porque sabemos que no hay nada más antinatural que unos padres tengan que despedir a su hija.
De igual manera, sentimos también el dolor y les acompañamos en esta tristeza que a todos nos inunda, a los compañeros y compañeras que pudieron disfrutar de su compañía en otras formaciones musicales durante su dilatada trayectoria musical; en especial la Banda de Música de las Cigarreras, la A.M. de la Estrella de Dos Hermanas; por supuesto a los amigos y compañeros del Carmen y; como no, a las bandas de música de la Paz y de la Expiración de Málaga; en especial ésta última, donde pudo dar sus primeras notas musicales.
No quiero despedirme sin antes dar las gracias a todas aquellas personas que, de una u otra manera, hicieron la vida un poquito más fácil a Arantza mientras estuvo enferma; en especial a su familia y en concreto a su marido Guillermo.
Gracias Guillermo, te estaremos eternamente agradecidos por tu servicio, por tu entrega, por tu sacrificio, por tu amor, por tu cariño a Arantxa. Has sido un gran esposo y el mejor compañero de viaje que Arantxa podía tener. No era difícil adivinar que no había nadie en este mundo que la quisiera más que tú. Gracias Guillermo, porque a pesar de que nuestra hermana Arantxa se nos ha ido demasiado pronto, gracias a todo lo que hiciste por ella, pudo estar con nosotros más tiempo y con más ganas de luchar y de vivir.
Arantxa; te fuiste demasiado pronto, pero luchaste como nadie. Te damos todos las gracias por habernos dado la oportunidad en nuestras vidas de disfrutar de tu compañía, de tus risas, de tu felicidad. Gracias por habernos dado el privilegio de tener a una Arantxa en nuestras vidas. Te has ganado sobradamente tu vida eterna. Te seguiremos esperando a cada ensayo. Gracias por todo y por tanto.
D.E.P.
Amén.