Cuando la Cena dio a conocer los proyectos en la exposición que se celebró en junio del año pasado hubo quien se quedó con buen sabor de boca ante el nivel de los proyectos presentados. No recordábamos una expectación tal para escoger el diseño que acabaría convirtiéndose en un nuevo paso. 27 proyectos llegados de diversos puntos de España, quedando finalmente dos que fueron votados por los hermanos en la jornada de este viernes. Fernando Aguado y Óscar Caballero. El primero con 146 votos, el segundo, 28. Con 12 votos en blanco, al final asistieron 186 hermanos.
Más allá del exiguo número de hermanos que asistieron al cabildo –no deja de ser sorprendente el escaso número de miembros que acuden a los cabildos, a pesar de que las decisiones sean trascendentales– lo que llama la atención es que haya sido elegido el diseño de Fernando Aguado. Me vienen a la memoria las palabras de Daroal en una entrevista de hace años. «La Semana Santa está estéticamente congelada», decían ambos artistas.
No es extraño, la Semana Santa de Sevilla lleva sin innovar probablemente antes de que usted y yo naciéramos. La imaginería sigue bebiendo del Barroco, con el problema que nadie de los hoy vivos es capaz de superar a lo que se hacía hace cuatrocientos años. En el bordado, el movimiento Arts and Crafts nacido en Reino Unido a mediados del siglo XIX sigue estando a la orden del día. Y si analizamos el diseño de Fernando Aguado vemos que nada se aporta a la Semana Santa. Sigue unas líneas ya más que estudiadas. A pesar de que un proyecto se acompañe de diversas explicaciones y toda una serie de referencias al momento que representa y al templo que es sede de la hermandad no deja de haber detrás un diseño que no es innovador ni revolucionario.
Flaco favor cuando se podría haber arriesgado más. Los proyectos, algunos incomprensiblemente, no pasaron el corte. La comisión, formada por Carlos Peñuela, Antonio Jesús del Castillo, José Delgado, Ricardo Jiménez y Benito Rodríguez Gatius ofreció a los asistentes los dos proyectos entre los que tuvieron que debatirse. Hermanos, disfruten lo votado.