El Rincón de la Memoria, Sevilla

La Virgen de las Nieves de Santa María la Blanca

El milagro que dio origen a la advocación mariana que se celebra el día cinco.

Roma. Año de 352. Una pareja de esposos, con una profunda devoción hacia la Virgen, deciden dejar sus bienes a la Madre de Dios, pues no tienen descendencia. Toman esta determinación tras no haber tenido hijos, algo que habían pedido insistentemente en sus oraciones.

Durante este año, Constancio era emperador de Roma y en marzo sería nombrado un nuevo Papa, Liberio. Meses después, durante la noche del cuatro de agosto, la Virgen se le aparecería a Juan, el noble patricio, y su mujer, para indicarles que construyeran una basílica en el monte Esquilino, en el lugar que ella señalaría con una nevada. También el Papa Liberio sería testigo de estas palabras, pues la Virgen se le aparecería posteriormente.

Una de las siete colinas de Roma había sido la elegida para que sobre sus tierras se erigiese un templo que desde entonces ha permanecido allí, a pesar de las modificaciones que ha sufrido. La nieve cayó sobre el monte, desapareciendo al poco tiempo. El Papa Liberio trazaría el perímetro donde se levantaría esta obra en honor a la Virgen, siendo la pareja de patricios la encargada de financiar esta empresa.

Tras el concilio de Éfeso, el Papa Sixto III erigiría la actual basílica. Durante su festividad, los devotos lanzan pétalos blancos desde la bóveda del templo. La celebración tiene lugar el día cinco de agosto, una fiesta que se extendería en el siglo XIV a toda Roma y que San Pío V declararía fiesta universal tres centurias más tarde. Siglos después, nieve artificial cae sobre el templo recordando el milagro que obró María.

Santa María la Blanca

La iglesia, antaño sinagoga, está dedicada a la Virgen de las Nieves. En el altar mayor, la imagen letífica sostiene al niño en su mano izquierda, mientras que en la derecha porta el cetro. De la imagen primitiva sabemos cómo era gracias a un grabado de cobre, aguafuerte y buril que se conserva de Matías de Arteaga, donde aparece sobre una nube con querubines, sostenida por dos atlantes.

Durante la reinauguración del templo, en 1665, saldría el 2 de agosto sobre el paso de la Virgen de los Reyes. Estas fiestas dan buena cuenta de la importancia que tenía la iglesia, considerada una de las nueve casas de nuestra señora, esto era, una de los templos de la ciudad que los sevillanos escogieron para celebrar las nueve fiestas de los momentos más importantes de la vida de la Virgen. Justino de Neve encargaría, con motivo de la reapertura, a Murillo, la realización de dos lienzos, hoy en el museo del Prado, adonde volvieron tras la petición del estado español a Francia, donde se encontraban desde que fueron robados por los franceses durante la invasión napoleónica. El primero de ellos representa el sueño del patricio Juan y el milagro de la nevada. El segundo, el encuentro con el Papa Liberio y la procesión para señalar el lugar donde se tendría que levantar la basílica. La reinauguración del templo contó además con la presencia de siete órdenes religiosas. Datos que se conocen gracias al libro que escribiera Fernando de la Torre y Farfán.

La imagen saldría en procesión durante estas fiestas, pero también recorrería las calles anualmente durante la celebración del Corpus, en este caso sobre el palio de tumbilla de la Virgen del Rosario del convento de San Pablo. En 1706 saldría en procesión extraordinaria para pedir por Felipe V, el futuro rey de España que se disputaba el trono con el archiduque Carlos.

Por aquella época los rosarios públicos eran habituales. Quizá el más llamativo fue el que varias hermandades realizaron el 22 de junio de 1738 hacia la catedral, bajo petición del arzobispo Salcedo y Azcona, con motivo de la inauguración del exorno de la capilla de la Virgen de la Antigua. En Sevilla Mariana, Alonso Morgado afirma que la imagen fue sustituida por la actual, que algunos investigadores atribuyen a Astorga.

La Virgen de las Nieves llegó a salir a principios de agosto, en el domingo más próximo a su festividad. También lo haría en ocasiones el día 15, hasta que a principios de los setenta del pasado siglo se trasladase su salida procesional definitivamente a octubre. La hermandad sevillana realiza el día cinco misa solemne en honor a la titular. Antes, la noche del día cuatro, la corporación abrirá las puertas de Santa María la Blanca para todo aquel que quiera estar en la vigilia puede hacerlo, finalizando esta con la salida del simpecado al exterior del templo, donde recibe una lluvia de pétalos, recordando el milagro que dio origen a la advocación.