Málaga, Portada

Presentado el trono de Dolores del Puente, uno de los grandes estrenos de 2023

La Semana Santa malagueña aumenta su patrimonio con una joya única

En la jornada de ayer fue presentado en Málaga el trono del Santísimo Cristo del Perdón, titular de Dolores del Puente. Más de dieciséis años después de la aprobación del proyecto por fin es una realidad. La Iglesia de Santo Domingo, sede de la corporación, acogió el acto en el que estuvieron presentes numerosos hermanos de la cofradía del Lunes Santo. No faltaron referencias al desaparecido Jesús Castellanos, alma mater de la corporación y diseñador del trono.

El diseño del nuevo trono fue aprobado el 24 de abril de 2007 en cabildo extraordinario, fecha en la que curiosamente se cumplían 25 años de la primera reunión de la comisión reorganizadora de la cofradía. La intención era que fuera estrenado el Lunes Santo de 2012, de modo que coincidiera con el 25º aniversario de la bendición del crucificado, obra de Suso de Marcos. A los retrasos hubo además que sumar la aparición de la pandemia, que contribuyó a extender aún más en el tiempo que el sueño de esta corporación de Santo Domingo se hiciera realidad.

Durante todo este tiempo ha habido ciertos problemas, que han impedido que se cumplieran los plazos acordados. Sin embargo, se ha continuado con la idea original, respetando que el trono es una alegoría al Perdón de Dios, quien conversa con el Buen Ladrón. Cada cartela forma parte del discurso misericordioso de Jesús durante su vida pública, tal y como narró Alejandro Cerezo, hermano mayor de la archicofradía de Dolores de San Juan. Durante su intervención no dudó en definirlo como «definitivo altar» que alzará «ese monte donde mora el Perdón». En cuanto a las demoras sobrevenidas afirmó que «para poder brillar como lo hacen hoy, han tenido que pasar por procesos a veces lentos, a veces penosos, a veces indeseables y siempre sacrificados».

Posteriormente enfatizó que el trono del Cristo del Perdón «es nada más, pero, sobre todo, nada menos, que una versión definitiva, perfeccionada, acabada en fondo y forma, de las andas que desde 1988 han venido alzando al Crucificado cada Lunes Santo. Y subrayo nada menos, porque qué difícil es, en este mundo de las cofradías, dar el valor que merece a la línea, al trazo, al estilo… Qué bueno que una cofradía sepa abonarse a un patrón estético, procesional, musical, cultual; y éste rezume en sus altares, en sus publicaciones, en sus marchas… En definitiva, que sea reconocible».

La carpintería es obra de Juan Rodríguez, mientras que la talla del cajillo y las esculturas de los profetas Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel son obra de Suso de Marcos. Este ha ejecutado también las cartelas «un verdadero seísmo que rompe con el carácter rectilíneo del trono y lo enriquece enormemente. Su propuesta decorativa se basa en recursos dotados de movimientos explicables, orgánicos, creíbles… Propios de un maestro que conoce sobradamente el comportamiento de la naturaleza y que ha enseñado a innumerables alumnos a comprenderlo», según Cerezo.

Por otra parte, José María Ruiz Montes es autor de las escenas donde se ejemplifica la misericordia de Jesús durante su ministerio, que después fueron ejecutadas en bronce. En total, diez pasajes sobre curaciones, salvaciones e intervenciones de Jesús, manifestando el perdón hacia todos «hombres y mujeres, extranjeros y paisanos, muertos y vivos, justos e injustos, con ese rasero de Dios tan alejado del de los seres humanos».

En lo que respecta a las miniaturas, con la Inmaculada, la Virgen de la Victoria, San Pedro, la Virgen del Carmen, San Carlos y Santo Domingo, han salido del taller de Alberto Pérez Rojas, autor de uno de los tondos que contienen alegorías de las virtudes. Cada una de las representaciones posee sus atributos, que en esta ocasión son de Orfebrería Sanlúcar, dejando su huella además en los hachones del trono, obra de Alexis Sánchez. Este, a su vez, ha contribuido realizando las cabezas de varal. Uno de los cambios ha sido precisamente la inclusión de los hachones, en lugar de los arbotantes ideados por Jesús Castellanos, de manera que se rompa la verticalidad del trono y se consiga una mayor luminosidad.

Por último, de Ramón Bravo son la orfebrería del cajillo y remates a modo de arquitrabe, frisos y cornisas, y el barnizado ha sido posible gracias al ebanista Miguel Cazorla. Según palabras del actual hermano mayor, «su interpretación de los tonos de la madera hablará aún más por sí mismo en la claridad de la tarde del Lunes Santo». El trono, que pudo admirarse durante la presentación, volverá a hacerlo el próximo Lunes Santo, viniendo a ser una joya más en el patrimonio de la Semana Santa malagueña.