Un año más, una noche de primavera… Cuando el azahar se ha adueñado de Sevilla, los sueños comienzan a tomar forma, a materializarse.
Un puñado de corazones buenos son los encargados de trasladar la parihuelas donde irá entronizada La Esperanza en la madrugá anhelada por muchos. Una madrugá de plegarias y oraciones. Una madrugá que se convertirá en mañana en calle Feria o Parras.
Señores, ¡la parihuela de La Esperanza está en la Basílica! ¡Comienza el sueño!