Hace algunas semanas, escribía sobre un tema que está muy presente últimamente: las asociaciones cofrades. Las asociaciones cofrades, culturales y con otras denominaciones que no se encuentran en la Iglesia, que muchas sacan sus imágenes sin consagrar, y que se toman una de nuestras festividades más importantes por donde les viene en gana, cada vez van en mayor crecimiento.
Y es que en los últimos años, si sacar un paso solo supone crear una asociación y hacerse con una imagen y un paso procesional, así como pagar a una banda, ¿para qué queremos las hermandades? ¿No es todo tan fácil? Pues no. Pocas son las hermandades en las diversas ciudades de Andalucía que se han incorporado a las nóminas de la Semana Santa.
Actualmente, en esta cuaresma, distintas asociaciones de este estilo, salen a las calles de cualquier modo, me explico: una imagen de calidad dudosa, un paso que, haciendo un símil, podría ser un mueble de cualquier casa, un cortejo dudoso, pero lo más importante para ellos, llevar una banda top. No obstante, otras asociaciones lo están haciendo de mejor manera, como por ejemplo las dos que se han incorporado a distintas iglesias de Sevilla, incluso llegando a no procesionar en el presente año. ¿Tan difícil es hacer las cosas con un mínimo de delicadeza, orden, humildad y respeto a una festividad tan importante para toda la cristiandad?
Por su parte, algunos personajes de la Semana Santa tratan de justificar que las asociaciones cofrades son otro medio para evangelizar. ¿Pero qué sentido tiene evangelizar si para empezar no forma parte de la iglesia? Quizá sea la manera rápida que algunos buscan, pero realmente nunca será la manera más adecuada. Hay que saber esperar y a todo el mundo le llega su momento, pero adelantar por adelantar al final te hace retroceder.
Ya queda menos para ver al Señor Triunfante, saliendo por su puerta, mientras tanto disfruten, ya no de la cuaresma, sino de todo lo que engloba esta. Allá cada uno con lo que defiende