Pasadas las peores canículas del verano, una época estival que ha sido problemática en muchos aspectos: ciudadanos, sociales, y políticos; quien está preocupado y en muchos, demasiados, momentos se siente agredido; siendo cofrade no puede sino reflexionar el sentido de todo lo que nos mueve a una muchedumbre de cristianos, que no es otra cosa que el culto publico a Dios a través de todos los actos que se dan durante el año en Hermandades y Cofradías, singularmente la Semana Santa.
Pero he mencionado el verano y qué hay tan relacionado para nuestro clima en esta estación meteorológica que una piscina. Si, les voy a hablar de las piscinas y de como España es el estado de la Unión Europea con más piscinas individuales construidas, es decir piscinas hechas junto una vivienda por una familia. Quizás esto nos hable de una nación rica donde el ciudadano tiene un nivel de vida alto, paradójico en cualquier caso con lo vivido en estos últimos años. Sin embargo también el dato nos habla de una sociedad aggiornada, unas familias que se vuelven sobre si mismas, personas sin esperanza en hechos comunitarios que les llene de ilusión; y tal vez es uno más de los rasgos de individualismo que atenaza a una sociedad atemorizada y atomizada. Nuestros conciudadanos tiene conciencia de un futuro amenazador para ellos y sus hijos, se instalan en el hoy, en el pasarlo bien con los suyos. Si no hay grandes dispendios como antaño en coches, casas, y otros artículos de consumo, los hay en bares, restauración, y según la patronal del sector, en rehabilitación de piscinas.
Créanme que todo lo dicho es una reflexión también hecha sobre el borde de una piscina, comunitaria o individual este juntaletras se lo calla para inventario. Que quizás no tiene demasiada importancia, y que a más de un lector les puede parecer ridícula; pero que en buena parte también refleja el animo lúgubre, a pesar de las vivencias de las vacaciones, que tienen muchas personas con las que a menudo hablo. Y a todo esto se preguntarán qué tiene todo esto que ver con las Cofradías; y es lo que voy a tratar de explicar a quien todavía tenga la paciencia de leerme. El cofrade por mucho que se le zahiera desde determinados poderes públicos y sectores sociales es un personaje más que necesario hoy. El cofrade a pesar de estar imbuido, como no puede ser de otro modo, por los mensajes del entorno donde vive es un rara avis, una persona que en sus actos, que en lo que gasta gran parte de su tiempo sacrificando su ocio o aficiones, no espera una recompensa económica, es una persona que por el camino donde anda está obligada a respetar a sus hermanos, a considerar su opinión, a dialogar sin fanatismos; es una persona que junto a otras, comunitariamente, persigue un objetivo; el cofrade ama la belleza de ejecución clásica es un conservacionista de los cánones artísticos legados durante siglos frente a un arte moderno feista y al que cada vez más voces tachan de monumental estafa; en las cofradías hay una verdadera democracia participativa, nada verdaderamente importante se hace sin la aprobación mayoritaria de sus miembros en cabildos y asambleas; el penitente y el costalero es un heredero de una tradición secular que une a las generaciones de hoy con las anteriores desde luego con sus oraciones, pero también con su saber estar y a la par hace manifestación pública de su creencia en la Divinidad, en el Altísimo al que cree cerca de su vida, pero también en la de todas las de sus hermanos. Es decir el Cofrade tiene esperanza y por eso, como decía antes es necesario en nuestro tiempo, devenido en zozobra y tristeza.
No, no he escrito sobre cofradías frente a piscinas, ambas cosas son conciliables, y un buen chapuzón es Agosto en Córdoba siempre es rehabilitador. Se trata del Cofrade como ser humano más necesario que nunca en nuestra sociedad; una filosofía de la propia existencia y una manifestación disidente ante un pensamiento único que se nos quiere imponer; es al fin y al cabo la forma, nuestra forma, que tenemos de ver el mundo y que nadie tiene el derecho de arrebatarnos; es nuestro modo amar a Dios y al prójimo por lo que debemos luchar sin estridencias pero firmemente.