El prestigioso imaginero Francisco Romero Zafra, natural de Córdoba, ha realizado una nueva imagen para la provincia de Jaén, en concreto para un museo particular de Úbeda.
Se trata de una imagen de Santa Clara de un tamaño ligeramente inferior al real, midiendo 130cm sin peana, y realizada en madera de cedro y policromada al óleo. En cuanto a los trabajos de orfebrería, han corrido a cargo de Daniel Porras, realizando la custodia y la diadema en plata de ley.
Queda culminada, así, una nueva imagen del reconocidísimo imaginero cordobés, cuya obra recorre a lo largo y a lo ancho nuestra geografía, dando buena cuenta de ese don tan especial que poseen sus manos a través de la gubia.
Francisco Romero Zafra
Francisco Romero Zafra, natural del cordobés municipio de La Victoria, posee una infinita creatividad que se reparte por el mundo entero desde hace décadas, con más de un centenar de obras, repartidas por multitud de ciudades y pueblos de España y también fuera de nuestras fronteras. Llega al mundo de la escultura y la imaginería de manera algo tardía, con treinta y cuatro años. Desde su primera obra, María Santísima del Rocío y Lágrimas, ha continuado, tal y como reconoce él mismo, «aprendiendo día a día, deseoso de mostrar al mundo una forma de entender la vida, la escultura, la imaginería».
Tal y como se apuntaba anteriormente, muchas son las obras nacidas de sus divinas manos, entre las cuales, además de la Virgen del Rocío y Lágrimas de Córdobas, ya mencionada, pueden destacarse el Despojado de Cádiz y el de Salamanca, el Perdón y la Palma, también de Córdoba, el Resucitado de Pozoblanco, el Nazareno de Andújar, El Divino Redentor de Jaén, la Humildad de Martos, la Expiración de la Victoria, la Amargura de La Rambla, la Amargura de Guadix o los Ángeles de Jamilena.
Por todo ello, Romero Zafra es sin lugar a dudas uno de los cordobeses más reconocidos más allá de las fronteras de la ciudad de San Rafael. Un artista cuya contrastada categoría ha provocado que su nombre sea el elegido para materializar numerosos sueños de cofradía desde que la excepcional creatividad de su gubia, asombrase al universo cofrade con unas imágenes dotadas de la cualidad más esencial para que una escultura se convierta en una imagen devocional, la unción. Porque una imagen va mucho más allá de la aplicación práctica de un estudio de anatomía y así lo entendió Romero Zafra desde que comenzó su magistral andadura. Su dominio de la policromía, la anatomía y la expresividad, hacen que alcance en sus imágenes un realismo que pocos escultores contemporáneos son capaces de lograr.