Con la venia, Opinión

Con la venia | ¿Edad de oro, de verdad?

Son días de hacer balance de lo que nos ha deparado el año, el mundo cofrade no es ajeno a esta práctica y muchos son los artículos, textos y listas que han aparecido y siguen apareciendo en plataformas, foros y medios de comunicación haciendo un repaso de los hechos sucedidos poniéndoles nota o reflexionando sobre ellos. En la mayoría, por no decir la unanimidad, hay un tono de triunfalismo y de satisfacción por lo conseguido; nosotros no vamos a seguir ese guion y no nos detendremos en cada uno de los actos, cultos y procesiones que se han celebrado este año.

Un articulista debe ser coherente con lo que piensa y exponerlo en negro sobre blanco, aunque sea impopular, he ahí la grandeza y miserias de escribir públicamente. Si pensamos en los calificativos que se otorgan a la Semana Santa en 2022 surge el de edad de oro, como si la historia secular de las hermandades y cofradías nos han llevado a este supuesto momento de gloria y plenitud. ¿Pero es eso así o sólo ponderamos unos aspectos del mundo de las cofradías, quizás los más frívolos y superficiales? El aumento del número de cofradías o bandas cuando repercuten, antes que nada, en la cuenta de beneficios de la hostelería y en los récords de turistas que llenan las plazas y calles un Jueves o Viernes Santo parecen ser para algunos el cenit del universo cofrade.

Pero lo que logra la Semana Santa en las calles también se vive con los encierros en San Fermín en Pamplona, o en San Juan con las fallas, nótese que son fiestas de origen religioso que han perdido su esencia. Se nos puede argumentar que la Semana Santa va tan intrínsecamente ligada a la religiosidad popular que esto no le podría suceder y sin embargo hay hechos que son incontestables. Ha pasado desapercibido como en la comunidad autónoma andaluza el Jueves Santo ha pasado a ser laborable para el comercio y otros sectores determinando la escasa influencia social que hoy tienen las cofradías. Pudiera ser, soló pudiera ser, que en esta presunta edad de oro las hermandades tienen miedo de molestar a quien les da de comer por medio de subvenciones. Las cofradías hoy tienen menos autonomía e independencia, ante los poderes religiosos y civiles, que en cualquier otra época.

No enturbiemos el ambiente, aplaudamos y jaleemos la edad de oro esa que hace vibrar a las masas y llena de fotografías los muros de Instagram; puede que la esencia de las cosas no tenga cabida en una sociedad tan instrumental como la actual, La salvación de las almas y apostolado son cuestiones que suenan a antiguo y no se pueden cuantificar en una cuenta de resultados.

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