Querido lector de Cruce de Gallardetes:
Avanzamos con nuestra Cuaresma, donde el calendario se inunda de diferentes cultos y actos que llenan de fervor y piedad la ciudad. Uno de estos actos cuaresmales, que además, se suelen prolongar a lo largo del año, es la celebración de diferentes exaltaciones y pregones, todos ellos, con una amplia temática.
Los mismos, pueden ser de manera extraordinaria y otros están consolidados en el calendario cofrade, destacando, el pregón oficial, que en la próxima semana, dará los primeros toques de campana a una nueva Semana Santa.
Me gustaría hoy, poner en valor la figura de los pregoneros, esos que tantas expectativas y enhorabuenas reciben cuando son designados y esos mismos, que también viven la soledad frente a un papel en blanco. Ellos sufren la pasión a su manera y realizan un enorme esfuerzo, para que la gente pueda sentir y emocionarse. Por ello, mi respeto a todos aquellos que alzan su voz para pregonar.
También cabe destacar, que siempre sale uno enriquecido de cualquier pregón. Los hay que marquen más o menos tiempo en los relojes, pero lo que es seguro, que siempre aprendimos algo de ellos, por eso, vayamos a los mismos para enriquecernos.