Querido lector de Cruce de Gallardetes:
En este mes de mayo, mes de las flores y de María Santísima, en nuestras comunidades parroquiales, se están sucediendo las diferentes comuniones, donde centenares de niños, recibirán a Jesús en su corazón y alma por primera vez.
Se trata pues, de una celebración hermosa, donde los niños, después de unos años de preparación, se acercan por primera vez a la mesa celestial. Pero queridos amigos, como cristianos y cofrades, no nos podemos quedar en lo estético de estos días. No nos podemos quedar en un instante, en una ceremonia, en un trámite, pues nosotros, debemos de ser en mitad de nuestro mundo, apóstoles misioneros, que frente a tanto ruido, pongamos luz y especialmente, sensatez.
Lo primero que tenemos que hacer, estemos invitados o no a una comunión, es rezar. En primer lugar rezar por los niños, pero no solo ese día, sino en cada momento de oración, con el objetivo, que su amor a Jesús crezca y en segundo lugar, debemos de ayudarles a descubrir, que el mejor regalo que tendrán no solo en ese día, sino en el resto de sus días, será Jesús Sacramentado.
Por lo tanto amigos, dejemos a un lado lo material y seamos testigos del Señor, para anunciar que Jesús, será siempre nuestro mejor regalo.