Candelabro de cola, El viejo costal, Opinión

El viejo costal | Mecenazgo

En una agradable comida entre cinco cofrades saltó a la palestra de forma sorpresiva el tema de la conveniencia, o no, de tener el apoyo de un mecenas en lo referente a los grandes gastos que pueden suponer las más importantes piezas artísticas​ que rodean a una cofradía, pasos, capillas, titulares, guion, y un largo etc. cosas importantes que todas suponen un gran gasto, y que muchas de las veces obligan a nuestra hermandades a esperar mucho tiempo, o embarcarse en un mundo de préstamos, hipotecas, y que puede ser evitado si existe la colaboración económica de un mecenas.

Pero no todos coincidíamos en este punto, se desató un torbellino de pareceres, unos señalaban que si bien es algo que facilita el acceso a piezas importantes, consiguiendo reducir el tiempo de espera, otros que tenía más de problema que de beneficio.

Por una parte algunos de los comensales apuntaba que la implicación de los hermanos decaía de forma alarmante, ya que la facilidad de obtener esos bienes gracias a la ayuda de un mecenas, reducía drásticamente la implicación de los hermanos, creían estos que los hermanos claramente no van a esforzarse en ningún proyecto si un mecenas los va a facilitar, así rápidamente, además de decaer la implicación, otros afirmaban que el interés de la hermandad por buscar medios que aumenten los ingresos decaerá al mismo paso que la ​ implicación de los hermanos.

Por el contrario, otros comensales pensaban que el mecenazgo era lo mejor que podía sucederle a una junta de gobierno, y por ende a una hermandad, y entre éstas diatribas íbamos alcanzando los postres.

Hoy he repasado las clases de mecenas que he conocido en mi vida, bien es verdad que ayudan, pero algunos quieren imponer su estilo a la hermandad ayudada.​También los hay que ayudan adelantando el importe para el proyecto, pero exigen plazos para la devolución y como garantía de su “préstamo” exigen disponer de acceso libre a la contabilidad de la entidad, y disponer cuales son los gastos, para evitar ​ que nunca se ponga en riesgo el cumplimiento de los plazos de devolución de su inversión, este tipo más que mecenas es un prestamista, aunque el interés sea bajo o inexistente. Otro tipo es quien aporta el importe del proyecto, pero a la menor diatriba quiere disponer de la propiedad de las piezas realizadas, retirando los enseres del disfrute de sus hermanos.

Hay más tipos de mecenazgos, yo pienso que ninguno de ellos es, ni necesario ni bueno, que el tiempo es el mejor aliado de los hermanos que ponen toda su ilusión y centran todos sus esfuerzos en alcanzar el más grande proyecto, proyecto que cuanto más grande más une a todos los que participamos en el objetivo a alcanzarlo.

¿Proyectos con mecenas o hermanos?, la verdad, yo no tengo ninguna duda.