El viejo costal, Opinión

El viejo costal | Ya de regreso

Hoy es martes, ya ha pasado el lunes de Pentecostés, hemos disfrutado de la peculiar salida de la Virgen del Rocío, Reina de las Marismas. Ahora llega el momento difícil del regreso, hay que recoger, y con bendita paciencia, desandar el camino que ya habíamos realizado, ahora es la hora de regresar a casa, y es creo que esta parte es la más difícil de todas, ya que al final del camino. Solo nos espera un año completo para volver a ver la cara bendita de nuestra Reina del Cielo y su Pastorcillo Bendito.

Me gustaría oír las conversaciones de los doce apóstoles, esos nuevos vecinos, que desde el techo de la carreta del Simpecado, han visto por primera vez, desde lugar tan privilegiado, toda la Romería del Rocío, (gracias al diseño de D. Rafael Rueda, a las manos de la orfebrería Hermanos Fernández y a las del imaginero Mariano Sánchez del Pino) Seguro que estos doce insignes rocieros no hablan de política, de partidos, ni de victorias, ni de derrotas, hablarán del cazador que la encontró e Ella en un paraje, sobre un olivo, hablaran de la pasión de Almonte por esta bendita imagen. Hablarán de los problemas de cada uno de sus romeros, hablaran de cada momento destacado de estos días, de la coincidencia de la Santa Misa de Romeros con el día de María Auxiliadora, de cómo interrumpió Almonte el Rosario, a destiempo, y enredados en estas sus cosas irán viendo cómo se deshace paso a paso, igual de despacito que a la ida, todo el camino andado.

Tras la llegada dentro de unos días, deberán de volver a lo cotidiano, volver a la realidad de nuestras ciudades, cada uno a su vida, separando las vivencias, como si estas fuesen ríos que vierten a distintos mares. Así durante todo un año, y pasado este, otra vez, despertaran y se unirán en un nuevo camino, en un nuevo Pentecostés, y todos como un único corazón, vivirán un nuevo Rocío, una vida nueva, otra experiencia única, siempre bajo la protección de nuestra Virgen del Rocío.

Volverán a escucharse el cuchicheo en el techo de la carreta del Simpecado, volverán los Apóstoles a hablar del el amor que sienten los Cordobeses por la Reina del Cielo, volviendo a repetir la siempre igual y a la vez, distinta, experiencia del camino a la aldea, de la Romería y como no, siempre, de un nuevo regreso.

Yo quiero que cuando ellos pasen lista no falte nadie, y los que no estén en la tierra estén en el cielo, y todos juntos repitan paso a paso el eterno y constante camino, siempre buscando su mirada sin par, el regocijo de llegar a su presencia, que pase la vida, y que Ella nos ampare siempre, tanto a la ida como a la vuelta, y en nuestra vida cotidiana.