El Consejo tiene el próximo lunes una cita con su historia. Dos listas, una encabezada por Francisco Vélez y otra con José Félix Romero. Y entre estas opciones tendrán que escoger las 125 hermandades de penitencia, glorias y sacramentales. Optar por un proyecto continuista, que ya todos conocemos, o por una novedosa línea son los dos caminos a elegir. Y quien llegue a San Gregorio tendrá que hacer frente a multitud de cambios que se han eternizado en los últimos años.
Porque tiempo para arreglarlos ha habido, pero nos sorprendió una pandemia, el parón derivado de ella y como suele suceder cuando es año de elecciones más vale no tocar nada para no perder votos cuando llegue el gran día. Veremos a ver si mereció la pena no mover un dedo por miedo a perder apoyos. El lunes sabremos si se perdieron por inacción, que también podría formar parte del análisis a posteriori.
Entre los problemas a los que hacer frente algunos de tal envergadura que tendrán que contar con el Ayuntamiento y el arzobispado. La Semana Santa casi todas las jornadas terminaron con retrasos. Las cruces de guía esperando el paso de otra hermandad volvieron a hacerse presentes. Y la aparición de la lluvia el Lunes o el Martes Santo impidió que, según probabilidad, también hubiéramos acabado viendo cómo algunas corporaciones entran a las tantas. Porque de todos los días el Martes es de los primeros que tendrá que ponerse sobre la mesa. Y qué decir del Miércoles Santo, pero es que estamos en una atmósfera de idas y venidas donde hasta el Sábado Santo este año se saldó con otros tantos minutos de más.
La reforma de la carrera oficial es otro tema a tener en cuenta, pero de puertas hacia adentro ven con mayor preocupación del incremento del número de nazarenos. Y lo sufre sobre todo la Madrugada, donde al crecimiento exponencial de capirotes hay que añadirle que los Gitanos va camino de ser la primera del Viernes Santo por la tarde.
Uno tampoco puede hacer esperar más a las vísperas, sobre todo a aquellas que ya formalizaron su petición para formar parte de la nómina de las hermandades que acuden a la catedral. Mirar para otro lado nunca fue una buena opción, tampoco cuando se trata de las que son consideradas piratas, a las que habría que buscar una solución para que encajasen dentro del seno de la Iglesia, y ahí el Consejo podría servir como eje catalizador de las mismas.
Pero aunque el Consejo tenga un alto porcentaje de penitenciales tampoco puede olvidarse de las glorias o las sacramentales. Las primeras tuvieron un pregón después de iniciado el tiempo, algo inconcebible… hasta que sucedió. La pandemia reflejó que todas, al igual que la sociedad, acabaron sufriendo, pero en distintos niveles. Algunas todavía no se han recuperado.
¿Y la creación de un museo? A medida que cada hermandad abre el propio se aleja cada vez más esta idea. ¿Quién cedería piezas cuando en el suyo, al lado de casa, puede exponerlas y vigilarlas de un vistazo? Puntos de vista aparte, no se entiende que Sevilla no cuente con uno propio. Y tal es el calibre del patrimonio que atesora que sin duda habría más dinamismo que en muchos museos de la ciudad.
El conocimiento se divulga de distintas maneras. Tampoco se entiende la inexistencia de un centro de documentación donde se recoja por ejemplo la consulta de los boletines del Consejo, que ahora están en internet pero tienes que pagar si quieres visualizar su contenido. El afán recaudatorio choca aquí con la democratización de la cultura, en este caso la cofradiera. Imaginen por ejemplo que uno se acerca hasta la calle Laraña, sube las escaleras de la hemeroteca municipal y te cobran por consultar La Andalucía, El Porvenir o La Revolución Española, por ponerles algunos ejemplos. Su acceso al alcance de unos pocos.
Quienes se acerquen a las urnas no se olvidarán tampoco del aspecto social o la formación, esta última incrementada en los últimos años con un mayor número de conferencias y encuentros, que habrá que potenciar y mantener. Este junio por ejemplo asistimos al VI encuentro sacramental para hermandades y cofradías, que cada vez cuenta por mayor asistencia.
Pasado y presente que se darán cita el próximo lunes, donde el equipo ganador tendrá también que abordar el futuro, con la celebración del Santo Entierro Grande o el Año Santo 2025, donde además el lema será «Peregrinos de la esperanza». Como para no celebrarlo aquí como la ocasión merece.