Gente de Paz ha podido hablar con Antonio Bernal, autor del Santísimo Cristo de la Piedad, Titular de la Hermandad de Palmeras, bendecido este domingo en la Santa Iglesia Catedral. En esta entrevista, en exclusiva, Bernal desgrana con todo lujo de detalles, esta imponente Imagen, convertido por derecho propio, desde este precioso instante, en uno de los mejores crucificados de la ciudad.
– La Hermandad le ha trasladado su especial agradecimiento por ser el autor de la nueva Imagen del Cristo de la Piedad, por estar con ellos, con el Barrio de Palmeras, por acompañarlos durante estos años, por el cariño que ha demostrado en todo momento, por su paciencia, y en definitiva, por el fruto que recoge la Hermandad y que será bendecido por el Obispo este domingo 19 de febrero en la Catedral de Córdoba. ¿Qué ha representado para usted realizar la nueva Imagen Titular de la Hermandad de la Piedad, cómo ha vivido este proceso?

En la creación del Cristo de la Piedad para la Hermandad de Palmeras he querido plasmar de una forma muy personal mi Crucificado para la ciudad de Córdoba. Durante mi carrera profesional no he tenido la oportunidad de realizar una talla de estas características para mi ciudad. Ahora me encuentro en una fase de madurez artística dentro de mi carrera profesional y era el momento más idóneo para aceptar una Obra de esta magnitud para una hermandad cordobesa. He realizado otros crucificados, todos muy queridos, pero éste me ha tocado con más fuerza el corazón.
Ya en los primeros pasos, desde el modelado del boceto en barro y el resto de fases, talla en madera, estucos, policromías y pátina, destacaba una Imagen de Cristo que movía a devoción a todas las personas que visitaban el taller. Y hay que tener en cuenta que cuando partes de esta premisa, cuando percibes ya desde el principio su unción sagrada, es más fácil conseguir con acierto la representación humana y plástica de Dios.
“Cuando percibes ya desde el principio su unción sagrada, es más fácil conseguir con acierto la representación humana y plástica de Dios”
– ¿Cómo ha sido su relación con la Hermandad de Palmeras?

Durante estos años he tenido la oportunidad de conocer en mayor profundad a esta Hermandad, en las constantes visitas de su Junta de Gobierno para ver los avances y he podido compartir con ellos, de alguna manera, su contingencia económico-social. Es una Hermandad muy particular, ya que es muy distinta a las demás tal como las entendemos o concebimos nosotros; sobre todo en cuanto al sostenimiento de su economía, porque centran su labor prácticamente en su totalidad en ayudar al Barrio de Palmeras, a sus personas. Todo son proyectos sociales, no existe cabida para lo “Cofrade” o la proyección es muy lenta. Es cierto que con la pandemia, existió un parón añadido a la lentitud con la que pueden afrontar proyectos de este tipo. Pero finalmente, he aquí el resultado, espero sea de agrado para todo el mundo.
“Esbocé en un principio una escultura dentro de los cánones clásicos barrocos del siglo XVII”
– Háblenos del Crucificado
Esbocé en un principio una escultura dentro de los cánones clásicos barrocos del siglo XVII, representando a Cristo muerto en la Cruz sujeto con tres clavos. Con un estudio anatómico completo y con algunos detalles muy personales que acompañan a esta Obra clásica. El sudario lo he tratado muy en mi estilo incluyéndole incluso unas borlas que compensan el volumen de la otra parte, utilizando un tratamiento de las telas y anudado más novedosos.
He deseado resaltar la belleza, dulzura y espiritualidad de Jesús para contraponerla con la tensión propia y traumática de una muerte en la Cruz. Presenta una inclinación en el torso de 42 grados sobre el estípite, posición que hace posible que la Imagen se descuelgue o incline hacia adelante con gran aplomo para estirar los brazos apoyando su peso sobre la pierna izquierda.
“He deseado resaltar la belleza, dulzura y espiritualidad de Jesús para contraponerla con la tensión propia y traumática de una muerte en la Cruz (…) Presenta una inclinación en el torso de 42 grados sobre el estípite”

Su cabeza se inclina ligeramente hacia la derecha y clava sobre su sien las alargadas espinas, algunas de ellas traídas de un desierto del Perú por mi amigo Manolo, que forman parte de una corona de gran volumen que cierra una cabeza de serpiente en una melena recogida encima del hombro derecho, para destacar a cada lado un mechón de pelo en forma de trenza o rulo judío. Los ojos se encuentran ligeramente entreabiertos, partiendo de su izquierdo una gran lágrima que compensa el dramatismo de la herida e hinchazón del pómulo y de la espina sobre su ceja.
El tabique nasal es prolongado y sus pómulos pronunciados, las cejas bien señaladas confieren al rostro de la imagen idénticos síntomas de relajación provocada por la placidez de la muerte, confiriendo en Ella la serenidad que me solicitó la Hermandad para evocar su anterior Crucificado, así como otros rasgos extraídos de la imagen muy masculinos que yo personalmente pueda tener en cabeza sobre las facciones de una persona estigmatizada por una vida de dificultades, de dolor o de sufrimiento.
“Su cabeza se inclina ligeramente hacia la derecha y clava sobre su sien las alargadas espinas, algunas de ellas traídas de un desierto del Perú”

El resto del estudio anatómico comprende las heridas producidas en su hombro derecho al soportar el peso de la Cruz, las heridas propias de la Pasión, en costado, piernas, etcétera. He policromado con mayor protagonismo la presencia de la Sangre como recurso impresionista y la encarnadura abarca mayor colorido en tonos grises, morados y violetas. Pienso que la Cruz que ha realizado José Carlos Rubio Valverde acompaña a la perfección al crucificado, por tu talla, grosor y policromías. He intentado en todo momento encontrar un equilibrio al plasmar esta expresión humana a la que me he referido anteriormente, enalteciendo la paz y serenidad. Esto ha hecho posible y me ha permitido moderar el propio drama de la Pasión.
“Los ojos se encuentran ligeramente entreabiertos, partiendo de su izquierdo una gran lágrima que compensa el dramatismo de la herida e hinchazón del pómulo y de la espina sobre su ceja”

El estudio anatómico que realicé en el boceto en barro para el Cristo de la Piedad aparece reflejado en la madera. Este boceto inicial plasmaba un realismo sereno en el suave modelado, que al pasar y trabajar la madera posteriormente, he torcido a mi gusto hacia un impresionismo que refleje con mayor protagonismo el dolor y la angustia de la muerte de Cristo, pero como acabo de comentar, para compensarlo con el verdadero mensaje de su Amor por el hombre.
Estoy convencido que esta Imagen de Cristo Crucificado va a generar devociones en su Hermandad, en su barrio y en Córdoba, y tal como dijo en su día su fundador, la luz de la Fe se convierta en simbología litúrgica y pabilo luminoso del verdadero itinerario pasionario de Jesús. Espero también ser el artista que lleve a cabo los numerosos proyectos que aguardan el devenir de esta Hermandad.
“He policromado con mayor protagonismo la presencia de la Sangre como recurso impresionista y la encarnadura abarca mayor colorido en tonos grises, morados y violetas”