La hermandad de San Gonzalo ha informado a sus hermanos y a los devotos de nuestros titulares en general que, con la intención de evitar confusiones y posibles problemas futuros, se ha dirigido por escrito al párroco rogándole, respetuosamente, que en el letrero de azulejos que nomina en la fachada de la Parroquia de San Gonzalo el columbario que ha situado en esa zona, se aclare que se trata del «Columbario de la Parroquia de San Gonzalo», ya que actualmente aparece rotulado simplemente como «Columbario de San Gonzalo». Esta petición se fundamenta en el hecho de que, «al ser conocida popularmente nuestra hermandad y cofradía por la nominación de la parroquia, la rotulación existente ahora mismo, que es la que el señor párroco ha dado al citado panteón, podría causar confusiones y desconciertos a nuestros hermanos y devotos de nuestras imágenes, así como posibles problemas a la hora de abordar las cuestiones fiscales que la gestión de un columbario conlleva y que corresponden en este caso, exclusivamente, a la parroquia». Igualmente, se le solicita que en toda la documentación relativa a dicho espacio funerario figure claramente su titularidad y gestión para que la corporación no reciba notificaciones relativas al mismo.
No es la primera vez que surgen desavenencias entre la Hermandad y el director espiritual y responsable de la parroquia en la que tiene su sede canónica lo que ha propiciado diversos dimes y diretes en los últimos años. En septiembre de 2020 la Corporación trianera tuvo que salir al paso de unos comentarios realizados por Carlos Navarro Antolín en Diario de Sevilla desmintiendo al periodista que afirmaba que el párroco pretendía expulsar a la Hermandad de las dependencias de la llamada «secretaria antigua». Y en septiembre de 2017 el párroco impidió que Nuestra Señora de la Salud presidiera el altar mayor de la parroquia por lo que este nuevo episodio es una nueva cuenta de un rosario de acontecimientos que evidencian una situación manifiestamente mejorable para la hermandad trianera.