Internacional, Portada, Sevilla

La verdadera historia detrás de las nuevas invocaciones de las Letanías

En contra de lo que afirma el reputado periodista tras su seudónimo dominical, José Cretario, la Hermandad de la Macarena no ha pedido al Vaticano la inclusión de «Madre de la Esperanza»

En la festividad del Inmaculado Corazón de la Bienaventurada Virgen María el Vaticano remitió una carta con la inclusión de tres invocaciones en las Letanías lauretanas. Estas son «Mater Misericordiae», «Mater spei» y «Solacium migrantium». Madre de la Misericordia ocupa el lugar anterior de Madre de la divina gracia, a la que sigue Madre de la Esperanza. Por su parte, Consuelo de los migrantes se inserta entre Refugio de los pecadores y Consoladora de los afligidos.

Las redes sociales no han dejado pasar la oportunidad de replicar a quien ha manifestado que la inclusión de Madre de la Esperanza en las Letanías lauretanas. Con tan solo revisar la bibliografía respecto al rosario de advocaciones y preguntar a conocidos estudiosos sobre el tema queda zanjado un asunto que no se sustenta sobre dicha afirmación. Repasamos en las siguientes líneas el origen de las tres nuevas invocaciones.

Madre de la Misericordia

De época medieval, Madre de la misericordia se recoge en la Salve Regina. El Papa Francisco ha querido continuar con el mensaje del Año de la Misericordia, desarrollado a finales de 2015 y gran parte de 2016. El arzobispo Arthur Roche, prefecto y secretario del Dicasterio del Vaticano declara la importancia de esta invocación, así como de las otras dos añadidas, en los tiempos de incertidumbre en los que nos encontramos. Reitera además el vínculo entre la espiritualidad y el momento exacto en el que se han incluido en las letanías, haciendo referencia a la pandemia.

Madre de la Esperanza

Arthur Roche comunicó al resto del mundo católico la inclusión de estas nuevas referencias a María junto con Robert Sarah, prefecto de la Congregación para el Culto Divino. Ha sido quizá la que más expectación ha despertado por el fervor que se manifiesta hacia las imágenes de esta advocación. En primero de ellos afirma que estas invocaciones son muy importantes para quienes padecen la Covid-19, entre los que destaca a los que han tenido que dejar su tierra.

Tres hermanos de la Macarena -de quienes mantenemos el anonimato como nos han pedido- han declarado que ni el actual hermano mayor, Juan Carlos Cabrera, ni ningún otro miembro ha pedido a Robert Sarah la inclusión de «Madre de la Esperanza». «No se le ha pasado por la cabeza» dice uno de ellos mientras que otro insiste en que las Letanías están llenas de esperanza. El tercero, por su parte, opina que le ha sorprendido encontrarse con dicha información.

Corrado Maggioni piensa que esta advocación es muy acorde con los actuales momentos de pandemia. No puede por tanto estudiarse la inclusión de las mismas sin que se tenga en cuenta la época en la que son incorporadas. Benedicto XV incluyó el título de «Reina de la Paz» en 1917 en medio del conflicto de la Gran Guerra. Pío XII sumó «Reina Asunta al Cielo» tras el dogma de la Asunción. Las incorporaciones por parte del Papa Francisco no se entenderían por tanto sin contextualizarlas dentro de la crisis a nivel mundial que todavía no ha remitido en la mayoría de los países.

Corrado Maggioni expone: «Invocar a María como Madre de la Esperanza en estos tiempos difíciles, en los que podemos tener pensamientos de desesperación, ya que la desesperación llega en momentos en los que no se puede hacer nada más. Así podemos sentir que no estamos tan desesperados, porque la Virgen María es Madre y está cerca de nosotros en momentos de desesperación». Según expone, se trata de una advocación muy acorde con los tiempos actuales.

El término “esperanza” es habitual en otro tipo de letanías. Aunque más desconocidas, son tan múltiples sus versiones que no es extraño encontrar referencias en ellas. Las Letanías de la preciosísima sangre de Nuestro Señor recoge «Sangre de Cristo, esperanza de los penitentes». En la Letanías a María «Madre de la Iglesia» inspiradas en el texto de la Constitución «Lumen Gentium», n.º 8. Se aprecian las referencias «Virgen de la esperanza» y «signo de segura esperanza». El sacerdote Andrés Córdoba recuerda que en el siglo XVI en las Letanías a Santa María de Monte Bercio, se lee «Santa María, sostén de esperanza», y «Mujer de la esperanza» y «Esperanza de los pecadores» en las Letanías a la Virgen Dolorosa, datadas en 1986.

El 27 de enero de 1979 comenzó la III Conferencia general del episcopado latinoamericano en Puebla de los Andes, en México, concluyendo el 13 de febrero del mismo año. De aquel encuentro nacieron las Letanías de Nuestra Señora de la Esperanza, catadas por primera vez en abril de 1985, en la Conferencia de la Iglesia italiana celebrada en Loreto, donde asistió San Juan Pablo II. «Santa María de la Esperanza» se repite en varias ocasiones a lo largo del rezo de estas letanías.

Consuelo de los migrantes

Corrado Maggioni refiere en torno a esta inclusión que la Virgen María «no es distante a quienes se ven obligados a vivir la migración forzada». Recuerda por ejemplo que la Sagrada Familia tuvo que huir cuando fueron perseguidos. Es además la que más relación guarda con el mensaje que el actual Papa lleva difundiendo desde que tomó las riendas de la Iglesia: la ayuda a los damnificados por los desastres que se ven desplazados de sus zonas de origen, defensa de la dignidad de los refugiados.

El compromiso del Papa Francisco con los migrantes es uno de los aspectos que caracterizan su pontificado. Sus declaraciones no han pasado desapercibidas para la prensa. El 29 de septiembre está prevista la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, la número 106. El pasado mes de marzo el pontífice refirió el tema de este encuentro: «Como Jesucristo, obligados a huir. Acoger, proteger, promover e integrar a los desplazados internos».