Acabamos de salir de este Estado de Emergencia que nos ha sumido durante meses en el más profundo dolor. Y digo dolor porque nos arrebató momentos irrepetibles, como el final de la Cuaresma, la Semana Santa y romerías como la del Rocío o la de la Cabeza, al igual que nos ha arrebatado algo tan importante como todos los compatriotas que no han podido vencer al coronavirus.
Ha hecho en muchos casos que nos hayamos visto en una crisis social, donde las Hermandades han dado la talla en su ayuda a los que más lo necesitan, a través de Cáritas, de las bolsas de Caridad, de recogidas de lo más básico, para que los más afectados hayan podido sobreponerse al parón económico que durante tres meses ha sufrido todo el país.
Ahora parece que todo esto ha quedado atrás, quedan las dudas del futuro, las mismas dudas que surgen en Nochevieja por cómo será el año que entra, pero en esta ocasión parece todo marcado y pautado, dejándonos en total sin lo que más nos gusta durante prácticamente la mayoría del año, porque, siendo claros, a día de hoy, todavía no sabemos cuándo volverán los pasos a la calle y de qué manera lo harán.
Han comenzado los ensayos de las formaciones musicales con la distancia social y las mascarillas como protagonistas, con más preocupación en el aspecto sanitario de en cómo sonará la banda. Y bajo estas premisas, quien sabe cómo y cuándo se podrán poner los hombros bajo el varal o meter el cuello bajo la trabajadera, puesto que ahí es bastante difícil mantener la distancia de seguridad.
Quizás veamos costales tapando la boca, total, es solo un poco más bajo de lo que algunos lo llevan ahora, pero por ahora nos toca plantearnos tener que incorporar mascarillas dentro de la indumentaria, con los escudos bordados como dije en su día, para al menos ir todos iguales y no algunos con mascarilla quirúrgica y otros con tapabocas con la bandera de España.
Dudas, muchas dudas, en cómo será y se desarrollará esta nueva normalidad que nos pretenden vender, pero igual que muchos vencieron al coronavirus, venceremos a las dudas y si existe coherencia, más pronto que tarde volverán los pasos por nuestras calles.