Ya ha salido la primera procesión a la calle, en Jerez de la Frontera, la Virgen del Carmen, bueno la primera, con algunas significativas limitaciones, ruedas, silencio musical, distanciamiento social, etc. cosas que unas veces se pueden cumplir y otras no tanto, me explico: pasos a ruedas, para evitar el claustro de las gualdrapas a la cuadrilla de costaleros, pero para ruedas también han de ir empujando varios hombres y al menos uno de ellos al volante, ¿Y no le afectan a estos hombres su encierro? Si, claro, pero al ser menos, en menor medida. Cierto.
Sin banda de música, ya que no siempre se puede alcanzar los cuatro metros de distancia entre los miembros de la banda y el público asistente. Cierto, se elimina la banda y adelante.
Se le solicita a todos los hermanos y público en general que intenten en todo momento mantener la distancia social, entre metro y medio y dos metros, salvo unidades familiares, o como dicen los más modernos “convivientes”. Cierto, pero en la calle donde tantos se mueven este distanciamiento es bastante difícil de mantener.
Y aún así ha sido Jerez la que ha ganado esta carrera de ver quien sería el primero en poner un paso en la calle, bueno personalmente creo que no, el primer paso que vi por las calles fue durante el Corpus del año pasado, en la claustral que se realizó por el patio de los naranjos de la Mezquita – Catedral de Córdoba, con música de capilla y un reducido acompañamiento de las distintas representaciones de las hermandades de nuestra ciudad, bien es verdad que no salió a la calle como tal, pero es verdad de salió del templo y regresó al mismo tras una corta vuelta por el recinto exterior mencionado.
Ahora estamos a la espera de otras anunciadas peticiones de salida, como ha realizado nuestra Agrupación, que ya ha tramitado la documentación para solicitar la salida de Nuestra Señora de la Fuensanta en Septiembre, con lo que número de peticiones se incrementan, se incrementan casi en la misma medida que los afectados por la mortal pandemia, el viernes pasado la cifra de contagios era de 3.485 muy similares a las de finales de enero de este mismo año o de las de octubre del 2020, cifras que señalaban el inicio de las correspondientes olas, a lo que debemos de añadir que durante estos periodos las medidas sanitarias eran mucho más severas que las actuales.
Todos sabemos que la curva de contagios está subiendo, está subiendo por la mutación esa proveniente de la India y a la que le llaman delta, y sabiendo todos, que afecta a los más jóvenes ¿no creen que no deberíamos de dejar pasar este periodo de tiempo que resta hasta la total vacunación de la población?, ¿no sería mejor eso que estropear la totalidad del esfuerzo realizado hasta la fecha por la totalidad de la población?, ¿no sería mejor esperar que retornar de nuevo a la casilla de salida y volver a empezar esta terrible partida en la que estamos de campeones comparados con el resto de Europa? Ese es el ruido de fondo que oigo a cada paso de forma reticente.
El virus está dispuesto a estropear de forma logarítmica todo esfuerzo realizado, ahora campa a sus anchas por los grupos de menor edad, los grupos que necesitan con más presteza el socializar, estar en grupo, salir, divertirse, vivir la vida según me declaraba uno de sus componentes, si no se está con el resto del grupo la vida no merece la pena, y este rugido de juventud debe de ser parado por el ruido silencioso de la experiencia en las anteriores olas, si, ya sabemos que hay que salvar el sector de la hostelería, hay que tener pasos en la calle, ya sabemos que es necesario desconectar, y regresar a la normalidad, pero vamos a hacerlo de una forma inteligente, no sean como los que han proclamado ya por dos veces que han vencido al virus mientras sus compatriotas caen enfermos a una velocidad de miles al día, y siguen viviendo como si no pasase nada, que pasar está pasando, ¿no oyen ese rugido en sus cabezas?, es la vida que intenta abrirse paso a pesar de nuestras miserables necesidades de convivencia y de tener nuestros pasos en las calles de nuevo, de nuevo si, pero no, como si no pasara nada.