Sendero de Sueños

“Un sentir diferente a cualquier amor que se pueda ver en cualquier parte del mundo”

Comienzo este escrito el día 2 junio, una semana antes del momento sublime de la Romería 2019. Y lo escribo antes y lo publico después de las elecciones de la Hermandad Matriz de Almonte para que no se me tache de partidista ni de querer hacer campaña en nombre de nadie. Ni que decir tiene que no es mi intención.

Sólo quiero dejar constancia de los sentimientos de una rociera de a pie. De una cordobesa que respeta las costumbres y tradiciones de un pueblo que no es el suyo pero que hace suyo el amor y devoción hacia su Patrona.

Desde pequeña, tanto mis abuelos como mis padres me enseñaron a respetar a las personas que día a día velan por la Virgen y todo lo relacionado con Ella. Veía a su gente como alguien inaccesible que sí, que nos recibían con los brazos abiertos cada año por Pentecostés o en octubre en la peregrinación, pero de ahí no pasaba.

Con el paso de tiempo fui conociendo a personas del pueblo que me fueron enseñando un poco más profundamente el sentir almonteño, un sentir diferente a cualquier amor que se pueda ver en cualquier parte del mundo.

Y llegó una nueva Junta de Gobierno. Una Junta de Gobierno presidida por un hombre, al que conocía de vista. Parecía serio, pero algo tenía su mirada que me decía que tenía buen corazón. Y no me equivoqué.

Juan Ignacio, junto a su Junta de Gobierno ha conseguido, o al menos así lo siento yo, que las filiales nos sintamos más partícipes en la Romería. Que no seamos meros invitados a una celebración mariana alrededor de la Santísima Virgen. 

Ha abierto la Hermandad Matriz a la gente. La ha hecho más accesible, más cercana. Será por su carácter salesiano. Ha llevado el sentimiento almonteño allí donde se le ha pedido. Aún resuena en mi mente el gentío y las campanitas al paso del Simpecado de Almonte por la calle Jesús y María en Córdoba o el momento de la celebración eucarística en la Santa Iglesia Catedral. O la imagen del Simpecado en nuestra sede canónica. Un Rocío de Fe que llenó de primavera aquel frío día de otoño en mi ciudad.

Lo ha transmitido también en Madrid, Toledo y Huelva. Algo que casi era impensable para muchos rocieros, que el Simpecado de Almonte saliera de su localidad. Por ello hay que estar agradecidos. Por su sacrificio, su cercanía, su amor a la Virgen. Por su disponibilidad para todo aquello que se le propusiese.

Ocho años dan para mucho. Bueno, malo y regular. Y a pesar de que muchos recordarán lo regular, está rociera cordobesa recordará que vuestro amor hacia vuestra Patrona os hizo accesibles y cercanos a todos los que de una u otra manera la queremos y os respetamos.

Gracias Juan Ignacio y a toda tu Junta de Gobierno. Enhorabuena Santiago. Que la Santísima Virgen te ilumine a ti y tu Junta en esta nueva etapa.