La aldea se convierte en epicentro del marianismo español en un fin de semana que anuncia la salida de la Blanca Paloma. Tras un año esperando ansiosos el momento, por fin uno ve más cerca el sueño de poder acompañar a la Virgen del Rocío.
Detrás quedan los temas más o menos polémicos que aparecen y desaparecen como el Guadiana. Hay quien saca a relucir la procesión del año pasado, de las más cortas que se recuerdan. La imagen volvía a su templo tres horas después del salto de la reja debido a la rotura en el banco delantero izquierdo. Pero también hubo otros años donde regresó pronto, como en 2011. Tantas y tan diversas historias que pasan a un segundo plano cuando aparece la Virgen del Rocío.
Un fin de semana más, que no es igual a otro en el año. La aldea masificada, las carretas con sus simpecados en un homenaje a María que no para de crecer. De las últimas en incorporarse Baeza, Sabadell o Linares, que llevan ya varios años a sus espaldas. La presentación ante el santuario ha vuelto a dejar bellas estampas en un capítulo más que nos recuerda la inminente procesión de la Reina de las Marismas.
Acompañemos a María en la noche más esperada. Confiemos nuestras oraciones a la Madre de Dios. Por fin, tras un año de espera, el Rocío se convierte en un cántico de amor y alabanza a la Virgen María.
