Hace apenas unos días, se hizo oficial un secreto a voces en la ciudad de Sevilla. El Santísimo Cristo de la Expiración, vulgo del Cachorro, hizo oficial, el cambio musical de cara a la próxima Semana Santa 2024. Ello suponía romper con una relación de tres décadas con la banda de la Presentación al Pueblo de Dos Hermanas, para firmar con una banda de plantilla completa, en este caso, la banda Municipal de la Puebla. Ha sido un cambio que a muchos ha gustado, y por el contrario, a otros muchos, no les ha entrado por el ojo. Incluso llegando a leer comentarios en los que se refleja la realidad cofrade actual.
Y es que en la redes sociales se llegan a leer comentarios, poniendo por delante a una formación musical ante una de las mayores obras de la Semana Santa de Sevilla, una de las mayores devociones y un referente en la geografía andaluza. El santísimo Cristo de la Expiración es mucho más que todo lo que muchos nos quieren hacer ver, y si su junta de gobierno ha creído conveniente cambiar de estilo musical, ¿dónde está el problema?
Muchos hablan de traición, de falta de respeto y de otros calificativos que mejor no nombrar. ¿Y dónde está la autocrítica? Sí, la autocrítica por parte de cada uno de los que critican. Desde cofrades que salen a la Semana Santa, como seguidores de la formación musical.
Y es que el binomio con la banda de dos hermanas era un clásico de la semana Santa, pero insisto, ¿cuál es el problema si una junta de gobierno así lo decide? Nunca va a llover a gusto de todos, y por ello no debemos criticar aquello en lo que no tenemos poder de decisión y que tampoco hacemos lo más mínimo por cambiar o aportar.
El Cachorro seguirá siendo el Cachorro, aunque salga en silencio, con música de capilla o como quiera que sea, pero no se puede ir la cabeza de tal forma por parte de muchas personas.
Autocrítica por favor.