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Así es, al detalle, el protocolo que permite a las bandas retomar su actividad desde este viernes

En el nivel 3 las bandas podrán estar conformadas como máximo por 50 músicos mientras que en el nivel 2 está cifra podrá ampliarse hasta los 80

Corren malos tiempos para la música procesional a consecuencia de la incidencia de una pandemia que está afectando con gran intensidad el normal desarrollo de todas las actividades relacionadas con el ámbito cofrade con especial incidencia en lo que respecta a las bandas relegadas por las circunstancias a cesar su actividad. Ni actuaciones ni ensayos, salvo excepciones contadas con los dedos de una mano. Esa es la realidad de las formaciones musicales de toda la geografía cofrade desde hace meses.

Tal y como adelantamos en Gente de Paz, el pasado 11 de febrero, el Consejo de bandas de Sevilla, la Federación de bandas de Málaga y la Unión de bandas de Córdoba afrontaron la situación trasladando sus exigencias a la Junta de Andalucía en una reunión que tuvo lugar la semana pasada en la que se fijaron determinados aspectos relacionados con el modo en que se podrán afrontar las actuaciones previstas en las próximas semanas así como los ensayos imprescindibles para poder llevarlas a cabo del mejor modo posible considerando el largo tiempo de inactividad.

En la reunión se puso de manifiesto que el protocolo ultimado por la Junta de Andalucía, al que ha tenido acceso Gente de Paz, se materializaría mediante su publicación en el BOJA esta semana, una publicación que ha tenido lugar este jueves. Un protocolo que, como decíamos, ya es de dominio público, elaborado por la Consejería de Salud, y que limita la participación de músicos en función del nivel en el que cada localidad se encuentre. En el nivel 2 y 3 “podrían desarrollarse ensayos de las bandas (…) siguiendo unas medidas preventivas generales y particulares, regulando además el número de integrantes.” Así en el nivel 3 las bandas podrán actuar “con un máximo de 50 integrantes”, mientras que en el nivel 2 está cifra podrá ampliarse hasta los 80. Cifras insuficientes para las grandes bandas y excluyen la interpretación de algunas marchas por su singularidad pero que, al menos, podrán permitir que las formaciones musicales vuelvan a desarrollar su actividad, siempre y cuando la localidad no se encuentre en el nivel 4 de alerta en cuyo caso no serán posible ni ensayos ni actuaciones, al solo permitirse “movimientos que sean considerados esenciales para la población”.

Otras de las limitaciones que establece el protocolo hacen referencia al lugar en el que tendrán que realizarse los ensayos, preferiblemente serán al aire libre “en espacios al aire libre o no cerrados y alejados del tránsito de personas”. En el nivel 3, podrá asistir el 50% de la banda, siempre y cuando no superen los 50 componentes, mientras que en el nivel 3 podrá asistir el 70% de integrantes, sin superar los 80. Además prevé una distancia de dos metros entre los músicos y subraya la consideración de “actividad de alto riesgo, tanto por las gotículas expelidas como por los aerosoles generados” el empleo de instrumentos de viento en la medida en que por su propia idiosincrasia expelen gotas susceptibles de transmitir el virus por lo que la disposición de los intérpretes es un aspecto esencial a considerar. El protocolo establece, además, una distancia de al menos “cuatro metros” con respecto al público. El protocolo solo prevé actuaciones en espacios cerrados de forma muy excepcional siempre que lo permita la amplitud y exista una ventilación adecuada.

En este sentido el texto recomienda utilizar “empapaderas” que permitan retener la saliva acumulada en los instrumentos de viento, expone la imposibilidad de compartir entre los músicos elementos de “uso exclusivo” como las boquillas. Asimismo impone la utilización de mascarilla de la que solo se podrán desprender los músicos en el momento de tocar. Los percusionistas deberán llevarla en todo momento.

Finalmente el protocolo insta a las bandas a realizar “un registro de los integrantes que acuden a cada ensayo, procurando mantener los mismos integrantes en cada grupo de ensayo”, e impone la obligatoriedad de “ser limpiados y desinfectados” todos los instrumentos así como atriles y cualquier otro que pueda ser compartido por distintos músicos.

Sea como fuere, la dilación en la implementación del protocolo ha provocado un indiscutible malestar en el seno de muchas de las formaciones musicales de los cuatro puntos cardinales de Andalucía ya que entienden que se ha demorado en exceso. De ahí que muchos responsables de las bandas hayan afirmado que no existe tiempo material para que las formaciones musicales puedan preparar los compromisos que tienen por delante las próximas semanas. Una preparación exigua que, unida a las limitaciones, en lo que a número de componentes se refiere, minimizará la calidad de las interpretaciones.