Se amontonan en mi mente cansada los recuerdos de un pasado que aún no siendo tan remoto, acaba por ser pesado en la cabeza. Vivimos malos tiempos en una sociedad con lacras creadas por poderes políticos, para beneficio de los políticos, en contra de toda razón medianamente lógica.
Y así nos va. No hay que ver más que la falta de candidatos en nuestras Cofradías, las fechorías de siempre, de los de siempre, los que criticaron de sus antecesores eso siempre, pero ahora, hasta se realizan las mismas, por los mismos, los de siempre, sin disimulos o excusas de algún peso a la vista cansada de un miope.
Perdonen, lo que se me está acumulando es bastante vidrio para su lavado en el fondo de la barra, en una taberna que siempre abre para escuchar alguna que otra pena, alguna que otra alegría.
Mientras ando en el noble arte del agua y jabón, se puede escuchar en mi taberna como con pena, un formalete bien plantado, comenta a otro:
– Ahora parece que ya por fin dan la cara, que tras las trabas sufridas por el equipo tras el Viernes Santo, después de todo lo que se ha luchado allí, le dan la patada a Don Jesús Ortigosa.
El otro, sin turbarse lo más mínimo, esboza su sonrisa y comenta con franca alegría:
– Bueno, pero Vidal va a hacer un buen trabajo allí. Es su estilo, le viene como anillo al dedo, vamos, que ya son unos pocos los que hemos hablado de estar allí para pedir sitio para el Viernes Santo.
Ya ven. Penas y alegrías.
Cansa en mi taberna escuchar conversaciones de costaleros que quitan y ponen, que no han estado un sólo cuarto de hora en una Junta de Gobierno, pero han decidido el destino de dos o tres capataces en sus diez años bajo las trabajaderas. Moda que va cuajando, como no, en las generaciones venideras.
Es fácil. Está a la mano. No hace falta ni que el motín sea abultado o mantenga un pulso fuerte.
Y es una pena, pero contaban con mucha alegría entre júbilo:
– Este se creía que iba a quitar el palo de trasera y nos iba a mandar a nosotros al Palio. Nosotros siempre del Señor, a ver quién iba a marcar los cambios si no.
– Hombre, faltaría más, a ver ahora como toreamos al que viene, que a éste sí le tienen ya entre miedo y respeto por el apellido los de la Junta.
Como verán, alegrías en barrios toreros.
Grata alegría se han llevado algunos por Santa Marina, ahora que recuerdo, con la llegada de sones cordobeses para su Titular Mariana, otra Alegría entre tanta pena.
La memoria, aunque sea baldada, nos hará recordar seguramente al dirigente de la Pro-Hermandad del barrio de la Fuensanta, tras un comunicado dice adiós y se despide de sus Hermanos como máximo responsable de la misma. Su trabajo, trato con medios, colaboración, pasos firmes y seguros en su mandato, son un legado de amor y bondad. Podemos entender este adiós los que allí no vivimos el día a día, pero en puertas de efemérides importantes a la vuelta de la esquina, es una pena, incluso singular.
Sea como sea, mi enhorabuena. Buen parroquiano de esta taberna, siempre buen talante y buen trato. Es de agradecer dirigentes sin apenas medios que a base de trabajo comandan sueños y difunden la bondad, la hermandad, frente a los toreros del perfil, que también los hay, ya lo comentamos el otro día en un sueño imaginario.
Como siempre intento ver el vaso medio lleno, aunque en mi taberna los prefiero casi vacíos siempre.
Me quedo con la alegría que viviremos a buen seguro un fin de semana intenso en esta taberna. La bella estampa de la Madre de los Desamparados y la Reina de la Corredera, pondrán la luz, la alegría, imágenes retro-cofrades, de antaño y añejo puro, las que no cansan a la mente, más si cabe, viendo las penas del presente.
La semana que viene, un buen postre, pastel cordobés, qué menos para la despedida del maestro. Lo que haga falta.