Cruz de guía, Opinión

Cruz de guía | Berridos

¿Cuántas veces hemos asistido a una procesión y nos ha tocado al lado algún energúmeno con ganas de desahogarse a golpe bramidos sin ton ni son?. Ustedes me responderán que se trata del fervor popular, que si la libertad de expresión y demás pesquisas.

Pero, realmente, ¿se trata de libertad la necesidad de romper un momento emotivo al paso de la Madre de Dios con un profundo berrido que, a veces, raya lo ordinario?. Expresiones como las que se lanzaron, en el día de ayer, en contextos no propicios, como es el de una Iglesia, fluctuaron a lo largo y ancho de la población sevillana de Cantillana en una noche mágica para la historia, que tuvo como protagonista, una vez más, a los chilladores y chilladoras profesionales que tantas ampollas han levantado en las profundidades del ciberespacio en acontecimientos atrás.

Flamencos y flamencas de pajarita y corbata que mostraron hasta el infinito la capacidad de vulgarizar cualquier momento emotivo con expresiones sacadas de tono y momentos desafortunados que se han viralizado a través de las redes sociales en un fenómeno que se ha trasladado a multitud de ámbitos de la piedad popular.

Por ello, me muestro contrario a esa necesidad de notoriedad que impera en el alma de las personas que lanzan gañidos en medio de la muchedumbre ante la imagen celestial de la Santa Madre de Dios y que se convierten en protagonistas improvisados de lo que debería ser la noche de la Virgen.

Abro paraguas.