El Rocío, Portada, Sevilla

El Taller de Juan Antonio Borrero terminará la carreta de plata de la Hermandad del Rocío de la Macarena

Los hermanos de la Hermandad del Rocío de la Macarena, convocados a la celebración de un cabildo de carácter extraordinario por la Junta de Gobierno de la filial rociera han otorgado su aprobación a que el Taller de Juan Antonio Borrero, siguiendo los diseños de Antonio Garduño, concluya la Carreta del Simpecado. La carreta de la Hermandad del Rocío de la Macarena es de plata de ley y obedece al diseño que realizó Antonio Garduño, que la concibió como –un “santuario de plata”, habiendo sido ejecutada en Orfebrería Triana en distintas fases, si bien desde el primer año en que era de madera y con una sola columna de plata ya seguía el diseño inicial. Es una magnífica obra que ha sido solicitada para participar, entera o por partes, en numerosas exposiciones de Orfebrería y de Arte Sacro.

El “cajón” es obra del desaparecido Pedro Guzmán de Bollullos de la Mitación, de grandes dimensiones, lleva ruedas 10 cm mayor de diámetro de lo habitual para aliviar el trabajo de los bueyes que tiran de ella. Según manifestaba el Sr. Garduño, a la hora de diseñarla no quería que se pareciese a ninguna otra, sino plasmar originalidad (tomó fotos de las carretas existentes entonces para que no se pareciese a ninguna) además de tener en cuenta la finalidad de la misma, que no es otra que la de albergar ese pequeño retablo que constituye el Simpecado con la Virgen del Rocío y su Divino Hijo. Por eso hizo un diseño pensando en que fuese un templo ambulante cargado de Simbolismo Mariano, como si de un sagrario se tratase.

Así el techo está concebido como una bóveda con cuatro grandes cartelas con escenas de la vida de la Virgen: La Anunciación, la Huida a Egipto (El primer camino), La Coronación de la Virgen y la Venida del Espíritu Santo o Pentecostés. Sí hubo inspiración en algunos elementos marianos de la ciudad adaptándolos al nuevo destino, como por ejemplo el inicio de las columnas inspiradas en las jarras de flores del paso de Ntra. Sra. del Mayor Dolor y Traspaso (Gran Poder) o en las capillitas de los faldones. También la “cupulita” o “linterna” situada en el centro del techo, sobre el Simpecado, con sus ventanitas que dejan entrar la luz del sol, de clara inspiración en la que remata la Basílica del Cristo de la Expiración (Cachorro.

La iluminación durante la noche se realiza con los cuatro candelabros de guardabrisas de las esquinas, además de las “velas” situadas junto a la miniatura de la Esperanza Macarena de plata que preside la delantera de la carreta, obra de Orfebrería Triana y la cara y manos de la Virgen del imaginero sevillano Luis Álvarez Duarte. También hay iluminación indirecta desde la trasera de unas flores situadas en los laterales del techo. Lo que pretendía el autor es que de noche fuese un “faro”, un ascua de luz que atraiga a todas las miradas y que se identifique sin lugar a dudas de que la que luce es la carreta de la Macarena.

Como originalidad añadida están los colgantes que, a modo de doble cortinilla, cuelgan desde el techo como unas “bambalinas”, y es que al ser una carreta muy pesada necesitaba algo de la alegría macarena en su andar, de forma que al moverse, aunque fuese en llano, se produjese ese efecto de “mecida” con sus colgaduras y campanillas. En palabras de Garduño, no pretendió diseñar la mejor carreta, pero sí la que manifestase mayor devoción y amor a la Virgen con la personalidad de su barrio, la Macarena.