Los miembros del clero son los destinatarios de nuestro lote de incienso y carbón semanal. La iglesia, además de ser una, santa, católica y apostólica, es también humana pues humanos son aquellos que rigen sus designios. Premiemos sus aciertos y señalemos sus errores para que, quien corresponda, pueda reflexionar, sentir dolor de los pecados y haga propósito de enmienda. Que así sea.
Incienso. Esta semana se lo gana el Cabildo Catedral. Rectificar es de sabios y sabia ha sido la decisión de permitir que las Cofradías cordobesas hagan estación de penitencia con los cirios encendidos en el primer templo de la ciudad. Atrás queda la triste imagen de los cirios apagados en la puerta del Perdón. Atrás las excusas de las posibles caídas de turistas, del público y de los integrantes de los propios cortejos (que ya tiene su miga). Esta vez lo han hecho ustedes bien, han acertado de pleno. Congratulations, my friends!
Carbón. Para todos aquellos miembros del clero que no gustan de consentir la libertad de expresión. Para los que vetan a determinadas personas por escribir, colaborar o participar en medios de comunicación a los que le tienen declarada una absurda guerra. La excusa de «ustedes no quieren bien a las cofradías y yo sí» no vale. Así luego uno no se puede subir al altar a predicar y a dar lecciones de tolerancia, paz y bien. El camino debe ser otro.