Que el Encuentro de Laicos que tendrá lugar en la ciudad de Córdoba el próximo 7 de octubre será un rotundo éxito es algo que tanto sus organizadores como el pueblo cofrade dan por hecho. Así lo confirma el interés mediático despertado a lo largo de todos estos meses en los que la Diócesis que preside el heredero de la silla de Osio lleva organizando con mimo una cita en la que la ciudad concitará todas las miradas, que se ha traducido en una importante participación, ya confirmada.
El pasado 15 de septiembre se confirmaba oficialmente la noticia adelantada por Gente de Paz, el pasado mes de junio, de que la Custodia de Enrique de Arfe, la joya del siglo XVI, estará presente en el encuentro para portar al Santísimo Sacramento, en la solemne procesión eucarística que se llevará a cabo desde la parroquia del Beato Álvaro de Córdoba hasta la plaza de toros, dotando al acontecimiento de una espectacularidad mayúscula.
Sin embargo, la presencia de esta joya podría estar acompañada de una sorpresa que la Diócesis, por expreso deseo de Monseñor Demetrio Fernández, les tendría preparada a todos los participantes en general y a los cofrades en particular. Una sorpresa que consistiría en que, nada menos que la Virgen de la Fuensanta, Co-Patrona de Córdoba y Patrona de las Hermandades cordobesas, podría estar presente en la cita, de ser ciertas las voces que aseguran que así ocurrirá. Una presencia de la que hasta el momento no han trascendido detalles, si bien todo apunta a que será trasladada desde la Parroquia del Beato Álvaro hasta el Coso de los Califas, lugar de celebración del Encuentro. Una magnífica sorpresa que añadiría un importantísimo valor añadido a una procesión ya de por sí sumamente atractiva.
Además, la comitiva estará compuesta por representantes de las hermandades y cofradías, la Adoración Nocturna, el Seminario y los presbíteros quienes acompañarán en oración a Jesús Sacramentado por las calles de la ciudad. Mientras tanto, más de 5500 personas estarán ya en la plaza de toros para que una vez entre la procesión, se inicie la ceremonia eucarística presidida por el Obispo.