Málaga

La Hermandad de Viñeros se trasladará en la madrugada del Domingo de Resurrección para eludir la absurda prohibición del Obispado de Málaga

Muchos son los ejemplos que, a lo largo de la historia, demuestran que la jerarquía eclesiástica entiende con dificultad la idiosincrasia de la religiosidad popular andaluza, materializada en las hermandades que cuajan los cuatro puntos cardinales de la geografía cofrade. Una realidad indiscutible que, a lo largo de los siglos, ha tenido múltiples evidencias en forma de desencuentros entre la curia y las cofradías.

Uno de los últimos episodios de esta índole se ha producido en la ciudad de Málaga cuyo obispado, con su prelado Jesús Catalá a la cabeza, lleva años negando la posibilidad de que haya procesiones el Sábado Santo en virtud de una concepción arcaica y retrógrada de la liturgia que en absoluto impide que esto ocurra en otras localidades como Sevilla o Jerez, dejando en evidencia al pastor malagueño y a quienes lo mal aconsejan toda vez que no es posible que la liturgia sea distinta en función del punto geográfico en el que uno se encuentre.

En esta ocasión el ocurrrente obispo ha prohibido expresamente que existan procesiones en esta jornada de la Semana Santa malagueña lo que implica que también estén prohibidos los traslados, una práctica muy habitual en la ciudad de Málaga ya que las dimensiones de los tronos obligan a algunas cofradías a realizar sus estaciones de penitencia desde enclaves distintos a sus sedes canónicas por lo que muchas son las corporaciones que tras la salida procesional protagonizan un traslado de sus titulares a su templo.

La prohibición de Palacio afecta a tres hermandades, la Crucifixión, la Sagrada Cena y la Hermandad de Viñeros, que a resultas de la incomprensible e irracional decisión episcopal tendrán que buscar una solución alternativa que en el caso de la Hermandad de Viñeros se ha traducido en que los titulares de la cofradía afectada se trasladarán en la madrugada del Domingo de Resurrección exactamente a partir de las 0:00 horas. Así pues, la Hermandad celebrará la Vigilia Pascual a las 21:00h en la Santa Iglesia Catedral, para posteriormente realizar un breve y directo traslado.

Una magnífica y creativa decisión que observa con diligencia la imposición de la diócesis y que al mismo tiempo permitirá, para satisfacción de los miles de cofrades malagueños, que las calles de la capital de la Costa del Sol se inunden de fe por obra y gracia de una cofradía, como jamás se llenan durante once meses las iglesias. Una realidad inescrutable de la que debería tomar buena nota el obispo Catalá en lugar de empecinarse en prohibiciones absurdas que dañan a una parte esencial de la Iglesia, las hermandades, y propician una imagen deleznable.