Es complicado entender como el ser humano, puede llegar a tener un nivel tan alto de idiocia. Y me van a entender en breve.
En este país, España, se va a proceder a realizar una nueva ley. La “ley trans”, en la cuál, entre algunos de sus argumentos, todos muy respetables, hay uno que me lleva a pensar que estamos llegando a un estado de idiocia humana extremo.
El texto incluye la libre autodeterminación de género, o sea, que una persona pueda cambiar el nombre y el sexo en su DNI solo con su voluntad. Lo vería muy bien en personas a partir de una edad razonable y sensata. A partir de 16 años podrán hacerlo por si mismas, y a la de 14 años, con asistencia de progenitores o tutores. No lo veo, a esas edades la inmadurez y la poca sensibilidad para las consecuencias de las decisiones que se tomen serán determinantes.
Yo no estoy en contra de cada persona decida que quiera ser, pero a esas edades, no lo veo dentro de una lógica, pero teniendo en cuenta como se mueve el puchero y quién lo mueve hay que tener cuidado al expresarse.
El otro día un colectivo, puso en marcha su intención de salir de la Iglesia católica, con sus respectivos datos porque consideran que a la edad que sus padres lo hicieron con el bautizo, u otro tipo de actos, ellos no tenían la posibilidad de decidir si quieren entrar en la Iglesia o no. Vale, lo respeto y a la de 14 y 16 años si pueden decidir cambiar de sexo, nombre y de lo que sea.
De verdad, que me cuesta trabajo entenderlo, y tengo amigos y amigas que son libres de su elección sexual y conviven con personas de su mismo sexo, pero este tipo de leyes, que habría que ver y leer con mucho tino y cuidado, en la edad para poder tomar una decisión tan importante en su vida, es lo que me llama la atención.
El título de este artículo es porque a ciertas edades no se tienen las facultades desarrolladas lo suficiente para decidir sobre este tipo de actos que pueden cambiar vidas, y no solo una, y después vendrán los lamentos que no tendrán vuelta atrás.
Sean felices y extrapólenlo, llega la festividad de nuestro San Rafael, disfruten de ella, como lo hacemos los cordobeses.