Único. Así es como se describe todo lo que envuelve la puesta en la calle de la Cofradía del Remedio de Ánimas. Permanece inalterable, sin modas, fieles a su estilo, dando el protagonismo a quien lo merece que nos es otro que Jesús muerto en la Cruz y a su madre Reina de las Tristezas.
Sus hermanos rezan el rosario en todo el recorrido, mostrando el respeto que se merece la Semana de Pasión. Dejan a un lado los tambores y los sones de instrumentos de metal que son sustituidos de manera emocionante detrás de Jesús por el miserere, ese Salmo 51 que fuese convertido en música celestial por Gregorio Allegri y que clama misericordia a quien yace inerte ya en la Cruz que salvó al mundo.
Sigue detrás de ÉL, su Madre, nuestra Madre Reina de las Tristezas, a quien acompañan sus hijas con el “Stabat Mater” que dulcifica su dolor por las calles de Córdoba que disfrutan de la magia de la Cofradía del Remedio de Ánimas que dotan de sentido -del sentido real- a nuestro Lunes Santo.
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