Inmersos como nos hallamos en una crisis sanitaria sin precedentes este viernes llegaba como un aldabonazo un comunicado emitido por la Congregación del Culto Divino, que contiene instrucciones sobre los cultos próximos a celebrar por parte de la Iglesia, y que contempla la posibilidad de que las procesiones de Semana Santa pueden celebrarse los próximos 14 y 15 de septiembre, dejando la decisión en manos de cada obispo diocesano.
Unas directrices que el Obispado de Córdoba ha acogido «favorablemente» y estudiará de qué modo se podría aplicar en el «caso particular» de la Diócesis cordobesa, si bien ha precisado, «sobre la fecha de la Pascua», que la misma es el «corazón del año litúrgico, no es una fiesta como las demás», pues, «celebrada durante tres días, el Triduo Pascual, precedida por la Cuaresma y coronada por Pentecostés, no puede ser trasladada».
Al respecto, Gente de Paz ha contactado con algunos responsables de varias hermandades cordobesas en aras de testar su opinión. Sobre el particular, el hermano mayor de la Hermandad del Descendimiento, Manuel Aguilera Villanueva, ha manifestado que “la Semana Santa no tiene más fecha que la que tiene, al menos para mi parecer”, enfatizando que “todo lo demás se debe considerar extraordinario”. En cualquier caso Aguilera vería con buenos ojos, en todo caso, una procesión magna con la imagen de san Rafael, como custodio de la ciudad, pero sacar todos los pasos a la calle, no lo veo”.
El hermano mayor ha subrayado que estos días tan difíciles están siendo vividos en el seno de la hermandad con la tristeza de habernos “quedado no solo sin Semana Santa que es el fin de nuestro trabajo, sino también sin cuaresma sin esos ratos de trabajo codo con codo con nuestros hermanos de la cofradía, sin esos momentos de montajes de convivencia, que parece que esos no los vivía nadie y nadie los extraña”.